Andrés Lima nos traslada al 18 de julio de 1936 y tras cuatro horas de función en el Teatro Valle Inclán de Madrid (Centro Dramático Nacional) consigue que tengamos una visión más amplia, profunda y presente de lo que supuso la Guerra Civil. Resultado de un trabajo sobresaliente de quienes firman su texto, lo interpretan sobre el escenario y le dan soporte técnico y artístico.
Locura y libertad, vencedores y vencidos, realidad y ficción de la España de posguerra se dan la mano en la adaptación del Centro Dramático Nacional de la novela La madre de Frankenstein de Almudena Grandes. Tras su fulgurante estreno en el María Guerrero de Madrid, la obra que dirige Carme Portaceli puede verse ahora en Barcelona, en el Teatre Nacional de Catalunya.
Helena Tornero y Andrés Lima crean este Paraíso perdido, partiendo del poema narrativo de John Milton, y que llega al Teatro María Guerrero de Madrid, tras haber sido estrenado en el pasado Festival Grec de Barcelona. El pecado original, el libre albedrío y el oficio del actor son sometidos al juicio divino.
Principantes nos acerca en los Teatros del Canal de Madrid la visión de Raymond Carver sobre este sentimiento en una puesta en escena escrita por Juan Cavestany, dirigida por Andrés Lima e interpretada por Javier Gutiérrez, Mónica Regueiro, Daniel Pérez Prada y Vicky Luengo.
Estrena temporada el Teatre Nacional de Catalunya con nueva directora artística. Carme Portaceli, la primera mujer en dirigir el teatro, también estrena obra, dedicada a La Víctor C. Nos trasladamos, por tanto, a la época del modernismo catalán para conocer a la escritora de L’Escala y a su obra.
Andrés Lima lo ha conseguido, Shock 2 (La Tormenta y la Guerra) se mantiene a la altura de su predecesora conjugando en el Teatro Valle Inclán (Centro Dramático Nacional, Madrid) documentación, historia, dramaturgia y una excelente dirección del medio escénico y de sus actores para denunciar los desmanes neoliberales a los que llevamos sometidos desde hace décadas.
Moby Dick de Andrés Lima toma la gran obra homónima de la literatura universal de Herman Melville y la lleva al teatro La Latina de Madrid para que José María Pou brille con luz propia sobre las tablas.
El Teatre Goya acoge uno de los estrenos más ambiciosos de la temporada. Moby Dick supone un esfuerzo considerable tanto a nivel de producción como artístico. El resultado final es arriesgado aunque favorable, gracias en gran parte a la interpretación de Josep Maria Pou.
El Mercat de les Flors ha sido testigo de un hecho tan insólito como apasionante. Pocas veces la necesidad de un ser humano de expresarse, comunicarse y manifestarse a través de la creación artística se transmite con tanta urgencia y, a la vez, con tanta intensidad y precisión como en este espectáculo.