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20.10.2016 Críticas  
You’re doing just great, Trevor Carlson

El Mercat de les Flors ha sido testigo de un hecho tan insólito como apasionante. Pocas veces la necesidad de un ser humano de expresarse, comunicarse y manifestarse a través de la creación artística se transmite con tanta urgencia y, a la vez, con tanta intensidad y precisión como en este espectáculo.

NOT A MOMENT TOO SOON es una propuesta multidisciplinar que emociona por la aparente sencillez con la que todo transcurre sobre el escenario. Independientemente de la vertiente que se quiera escoger, el estudio sobre el espacio, el movimiento y el punto de vista que se realiza aquí resulta tan elocuente como conmovedor.

La dirección y coreografía de Ferran Carvajal convierten a Trevor Carslon en una suerte de rapsoda contemporáneo a través del movimiento. El que fue productor y amigo del coreógrafo Merce Cunningham se muestra ante el público con la apremiante necesidad de explicar cómo influyó en su persona la célebre figura. En el momento justo, tanto para él como para nosotros.

Todo girará alrededor de dos premisas, así como la dramaturgia de Albert Tola. La inexperiencia en el terreno de la interpretación o la danza de Carlson, en primer lugar, así como la explicación escénica del vínculo con Cunningham. Sólo un intérprete sobre el escenario, pero no el único protagonista de la pieza. “Este no es un espectáculo sobre mí” dirá el hombre, “o ya veremos”. A partir de la figura del coreógrafo Merce Cunningham y, especialmente, de la huella que dejó en la vida de Carlson, el artista nos mostrará su inquietud por contarnos la vida de otra persona a partir de la suya propia. Progresivamente, el deseo de reciprocidad de nuestro compañero hacia la figura evocada se transmitirá a través de una conseguida atmósfera porosa que calará dramáticamente en el espectador.

Uno de los triunfos más significativos del espectáculo es la muy feliz convivencia del espacio escénico de Max Glaenzel con la creación video-gráfica de Miquel Àngel Raió y, por supuesto, con el diseño de iluminación de Maria Domènech. La coordinación de todos sus trabajos (que se convierten en uno conjunto) serán los principales compañeros que delimitarán el espacio y ejecutarán la coreografía junto con Carlson. La labor de documentación es exhaustiva pero nunca se supeditará su peso narrativo a la naturaleza de la propuesta. A través de su exhibición como si de una instalación de video arte se tratase, las imágenes y archivos audiovisuales siempre estarán integradas en la narración dramaturgia, a veces incluso ejecutadas por el mismo intérprete.

Su interacción con el espacio provocará grandes momentos en los que la plasticidad de las texturas y materiales audiovisuales se mezclará con elementos más tangibles, como puede ser el vinilo que cubre las tablas. La proyección exponencialmente ampliada hasta proyectarse tenue e intuida sobre la pared del fondo del escenario se convierte en sinónimo de lo exponencial de la carga emotiva para el espectador.

Finalmente, NOT A MOMENT TOO SOON es quizá la propuesta que estábamos buscando para poder ejemplificar cómo a partir del caso concreto y, sin ni siquiera buscar explícitamente la universalidad de lo que se está contando, ésta resulta ante nuestros ojos con convicción y emoción. Por este motivo y por la aparente sencillez con la que se integran los elementos técnicos en el hilo dramatúrgico, así como por una interpretación apabullante y sobrecogedora. Por una contextualización artística que tanto tiene cabida en el campo del teatro como de la danza, convirtiéndolos en uno sólo y único. Por Trevor Carson, que consigue dejar en cada espectador una huella subjetiva con tanto peso en nuestras vidas a partir de ahora como la de Cunningham dejó en la suya.

Por todo esto, NOT A MOMENT TOO SOON es ya un espectáculo referencial que ha conquistado un huequecito importante en el corazón del que esto escribe. Puede suceder que una función o interpretación emocionen por su calidad y calidez, por la cercanía hacia nuestra manera de entender el mundo. Pero es que lo que aquí acontece es una transformación de cualquiera de estos parámetros. La conmoción se convierte en inspiración y motivación. Como cantaban los Pet Shop Boys, la intención de reinvención se convierte a través de Cartson en un positive role model. Y llega en el momento justo. NOT A MOMENT TOO SOON.

Crítica realizada por Fernando Solla

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