Nuevamente José Luis Collado y Gerardo Vera repiten enfrentándose a una adaptación de Dostoievski para las tablas del CDN. Tras Los hermanos Karamázov ahora es el turno de El idiota, una reflexión sobre la sociedad rusa del XIX que se convierte en universal espejo de la condición humana vista desde el prisma del existencialismo.
El CDN, programando en el Teatro Valle-Inclán, una producción del Teatro Arriaga, con solo cuatro funciones, una en euskera, y el resto en castellano, con Calixto Bieito en versión y dirección del libro de Bernardo Atxaga: cita imperdible por atractiva y talentosa mirando el elenco. Lo que pasó a continuación, te sorprenderá.
Espacios con memoria ¿Se puede oír resonar el pasado de un lugar especial si se sabe escuchar? Sí, mientras quede quién refresque lo vivido. El Centro Dramático Nacional celebra su cuarenta aniversario con Un bar bajo la arena: un emotivo homenaje con ecos de la historia del CDN que utiliza a la mítica cafetería del Teatro María Guerrero como fondo y forma.
El próximo 15 de febrero continúa el ciclo internacional «Una mirada al mundo» de la mano de la compañía japonesa Ksec Act, especializada en autores españoles, y que en esta ocasión nos presenta su versión de El público, de Federico García Lorca.
Algo muy importante está sucediendo en el Teatre Romea. El universo de Max Aub sube a sus tablas de la mano del Centro Dramático Nacional. Doble visita y doble acontecimiento. El laberinto mágico no es sólo un título referencial de nuestra narrativa, sino que ahora se convierte en una excelente obra teatral con un montaje de los que marcan un antes y un después.
El Teatre Romea es el espacio elegido para que El laberinto mágico recale en Barcelona. Un espectáculo que recoge a modo de gran mosaico de la Guerra Civil el espíritu de las seis novelas que escribió Max Aub sobre su experiencia durante ese lapso de tiempo y que el CDN lleva de gira por los lugares donde sucede la acción.
El pasado jueves se presentó la programación del Centro Drámatico Nacional para el 2017-2018. El director artístico Ernesto Caballero plantea la temporada como la iniciación a un viaje donde se espera la irrupción de pez dorado de Brook. Un ejercicio generoso que aparece cuando a ambos lados del proscenio nace el deseo de encuentro en el otro.