El Teatre Akadèmia estrena nuevo espectáculo y tercera colaboración con Projecte Ingenu. Del 19 de octubre al 25 de noviembre podemos disfrutar de una versión libre y contemporánea del clásico de Goethe con la que la compañía avanza un paso más en su recorrido dramático y nos sorprende con una puesta en la que el agua y las videoproyecciones dominan la escena.
Tras el éxito durante dos temporadas de Yerma y el no menos recordado montaje de Top Girls, el director Marc Chornet Artells se muestra muy satisfecho de volver a este teatro donde asegura «sentirse muy libre y formar un binomio muy hermoso». Un montaje que se presenta como el más arriesgado hasta el momento, tanto en términos estéticos como en el uso de la palabra. La elección de esta pieza responde a una necesidad de alejarse de las aproximaciones habituales al autor «largas, duras y mal traducidas del verso alemán». Goethe se pasó la vida escribiendo Fausto y estableció, según Chornet, un vínculo de madurez con respecto a su obra similar al de Shakespeare con Hamlet.
La adaptación y dramaturgia corren a cargo de Anna Maria Ricart, que ha trasladado a la actualidad las características esenciales de la pieza original. El autor vivió en el periodo del Romanticismo, en un momento en el que el mundo estaba cambiando y «los valores que llevaba dentro ya no eran viables con la realidad de su interior». Goethe planteaba un diálogo con ese mundo en paralelo al nacimiento del capitalismo. Fausto hará un pacto con el Diablo que, en esta propuesta, se resume en la siguiente frase: «Querría vivir este precioso momento eternamente». Los autores del proyecto han querido captar esa incesante búsqueda de la felicidad perfecta encapsulada en un solo momento.
Chornet lo ve de la siguiente manera: «Todo el día queremos comprar instantes de nuestra vida y convertirlos en momentos históricos. Todo ha de ser lo más importante del mundo. De este modo nos vendemos el alma al diablo en porciones. Cada vez que compramos experiencias o firmamos una política de privacidad sin leerla lo estamos haciendo». Ricart ha vulgarizado la figura del protagonista y ha convertido a Mefistófeles en Internet. Un mundo virtual (real o no) en el que todo se le concede al protagonista, que no será consciente de las consecuencias. En este contexto, la compañía hace un viaje de continuidad con respecto a Vaig ser pròsper o recordant la tempesta. En este caso habrá un uso de la palabra no realista. Un surrealismo que nos acompañará en esta porción de «un viaje que va un poco más lejos de la realidad cotidiana».
inFAUST está interpretada por Toni Guillemat (Fausto), Neus Pàmies (Mefistófeles), Roser Tapias (Margarita) y los diablos Martí Salvat y Cristina Arenas. La escenografía es de Laura Clos «Closca» y la iluminación de David Bofarull. Pol Queralt firma el espacio sonoro, Marta Rafa el vestuario y Alfonso Ferri ha diseñado las proyecciones.
Con esta función, Projecte Ingenu se abre a otro tipo de poéticas en una propuesta de la que también se han suprimido el uso de comas (al estilo de Thomas Bernhard). «Cuando no hay signos de puntuación invitas a pensar un poco más», ha dicho Chornet. Durante la representación, se utilizarán tres proyectores y todo el espacio escénico estará mapeado. Se contrastará este mundo virtual con un espectro más onírico y naturalista como es el agua. Por último, el director ha explicado su voluntad de «ser consciente de cómo es el espacio arquitectónico que nos convoca y de invitar al espectador a descubrir algo nuevo del teatro.
inFAUST puede verse del 19 de octubre al 25 de noviembre. Pues conseguir tus entradas en la web del Teatre Akadèmia.