Otro año más que Jordi Prat i Coll estrena en la Sala Gran del TNC de Barcelona. Tras títulos como Els jocs florals de Cranposa o La rambla de les floristes, estrenadas en temporadas anteriores en el mismo escenario, este año se decanta por adaptar Els criminals de Ferdinand Bruckner al son de jazz y cabaret.
Rescatada de la pasada temporada en Madrid, el Teatro de la Abadía programa Historia de un jabalí o Algo de Ricardo, de Gabriel Calderón, avalada y soportada por una crítica estupenda donde Joan Carreras se ¿luce? con un insoportable monólogo a grito pelado, ante una audiencia entregada.
Inaugura el Centro Dramático Nacional su programación en el Teatro Valle-Inclán de Madrid con un montaje avalado por la crítica en Cataluña. Madre de azúcar, escrito y dirigido por Clàudia Cedó es un viaje lleno de conflictos para el espectador. Un varapalo emocional que remueve y conmueve.
Después de Una gossa en un descampat, esperaba con muchísimas ganas un nuevo texto de Claudia Cedó. Y no tenía dudas de lo que iba a pasar. Con Mare de Sucre, la Cedò se vuelve a consagrar como creadora teatral. Como parte de la programación del Festival Simbiòtic, el TNC nos regala, de nuevo, un universo que recordar.
Activismo social y orgullo familiar se encuentran bajo el manto de Els Brugarol; quienes se presentan sobre las tablas del Teatre Poliorama de Barcelona para hacernos reír a carcajada limpia. Aunque la sociedad se va volviendo cada vez más igualitaria, aun hay temas que no nos hemos casi planteado.
Guillem Albà y Joan Arqué llevan a escena el libro de Irene Solà, Canto jo i la muntanya balla (Canto yo y la montaña baila). Con dramaturgia de Clàudia Cedó y música de Judit Neddermann, la compañía nos introduce en un texto seductor donde disfrutar de un híbrido teatral de teatro de gesto, texto y música en directo en el Teatre Biblioteca de Catalunya de Barcelona.
La Sala Beckett de Barcelona dedica un extenso ciclo a la figura de Lluïsa Cunillé. De entre todas las propuestas presentadas son las aproximaciones de Centaure Produccions y La Ruta 40 a El Jardí y Els subornats, respectivamente, las que más ahondan en el desconcierto y la fascinación que todavía a día de hoy provocan las piezas de la autora.
El Temporada Alta de Girona no ha hecho más que arrancar y ya empiezan a desfilar montajes que inundarán de cultura la provincia. Una de las compañías que siempre ha estado muy presente es La Ruta 40 que este año presentó Els subornats en el Teatre de Salt, un texto escrito por Lluïsa Cunillé con Lurdes Barba a la dirección.
La Sala Atrium se corona con Infanticida. El monólogo interior de Caterina Albert se convierte en un soliloquio musicado gracias a la unión de la dramaturgia de Marc Rosich, la partitura de Clara Peya y el impresionante re-diseño hacia la electrónica de Gerard Marsal. Marc Angelet agita con entereza el cóctel ideal gracias también al ingrediente estrella: Neus Pàmies.
¡Qué bonito lo ha hecho todo Jordi Prat i Coll en La Rambla de les floristes! Esta dramaturgia escrita en verso que estrenó Josep M. de Sagarra allá por el 1935 en Barcelona, ocupa estos días la Sala Gran del Teatre Nacional de Catalunya.