«NOISACO ED SORBIL. rednaeroK darnoK lraK: oirateiporP». Así comienza la lectura de La Historia Interminable de Michael Ende y eso es lo primero que pueden ver los espectadores de La Historia Interminable – El Musical, una aventura de beon Entertainment que ha recalado ahora en el Teatre Apolo de Barcelona. ¿Será verdad, también en escena, que el reino de Fantasia no tiene fronteras?
La Historia Interminable – El musical, es una magnífica adaptación de la novela juvenil que ha atrapado a generaciones de lectores. Y, ahí queda eso, es un producto 100% nacional, creado, producido y estrenado en España antes que en cualquier otro país. beon Entertainment lo ha dado todo, y así encontramos un nivel musical e interpretativo notable para todo el elenco, desde el dolido y perseguido Bastian (Blanca Casellas) al heroico pero inexperto Atreyu (Ángel Martínez), desde la pureza maternal de la Emperatriz Infantil (Elena González) a la maldad vengativa de la hechicera Xayide (Noemí Gallego), por no hablar de la multitud de pequeños personajes que aparecen y desaparecen dejando siempre huella. Mención especial para dos voces fenomenales, las de Joseán Moreno (Koreander y Fujur) y Álex Forriols (Gmork y el Comerrocas), con una riqueza y amplitud deslumbrantes en la fusión del musical con la lírica y el heavy metal.
La excelente adaptación que firma Félix Amador se ciñe al libro antes que a la película, aunque hay algunos guiños y se aprovecha de esta en algunos momentos, por ejemplo para no desarrollar particularmente la relación entre Atreyu y Fujur. Se restauran así escenas como la de Ygrámul el múltiple (Ferran Enfedaque, capitaneando un espectacular número de claqué) o, aunque muy resumida en sus tres secuencias básicas, la segunda mitad de la novela (incluso breve, ese atisbo de las Aguas de la Vida y de Doña Aioula vale oro para los fans del libro). Se mantiene el verso para el encuentro con Uyulala. Consigue hacer olvidar incluso a la emblemática versión cinematográfica los dos estudiosos del Oráculo del Sur, Engywook y Urgl, con dos maravillosas y carismáticas interpretaciones a cargo de Odo Cabot y Natalia Zarco.
La banda sonora que ha compuesto Iván Macías (El médico, El tiempo entre costuras) despliega sus bases desde el apabullante número inicial: muro de sonido, emoción desatada y sensibilidad pop-rock con esencia escénica. Pese a cierta unidad articular en la mayoría de los temas, consigue encontrar espacios para la sorpresa, como el tango de la Vetusta Morla (Laura G. Ballbé) o el metal de Gmork.
Las coreografías de Federico Barrios Fierro mantienen de principio a fin un nivel muy alto y una variedad refrescante, que junto al vestuario de Antonio Belart y las caracterizaciones de Aarón Domínguez, nos transportan indudablemente a esa Fantasia múltiple y variada, a lo que también ayudan las escenografías de Ricardo S. Cuerda, que sacan todo el provecho posible al teatro, los grandes animatrónicos de Fito Dellidarda y Alejandra Varela (nuestro preferido era la maravillosamente realista pero más convencional marioneta de Ártax), y los ocasionales trucos de magia diseñados por Alfred Cobami. Barrios dirige además al conjunto, respaldado por Jesús Torres (actores), María José Santos (voz) y Laurence Aliganga (música), un cuarteto de directores esencial para que todo fluya como la arena de un reloj y la multitud de piezas encaje sin fisuras.
La Historia Interminable es uno de los musicales más ambiciosos y espectaculares que se han creado nunca en España, y tiene por delante un maravilloso futuro internacional, pero en su aquí y ahora es una cita ineludible para todo aquel que haya soñado alguna vez con ponerle nombre a la Emperatriz Infantil.
Crítica realizada por Marcos Muñoz