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02.08.2014 Críticas  
LOS MISERABLES han crecido y se han hecho mayores

Desde el inicio del musical en Madrid, EnPlatea hemos podido disfrutar del musical en tres ocasiones: Su estreno en Madrid, el inicio de temporada en Barcelona y, por último, a principios de esta semana en el Liceo como parte de la gira. Tras nuestra última visita, hemos de constatar que LOS MISERABLES han crecido y se han hecho mayores.

LOS MISERABLES es una obra musical clásica. Una obra de aquellas en las que el texto usual no tiene cabida y todo pasa a ser cantado, o poéticamente cantado.

Tenemos claro que, a mucha gente, los musicales clásicos les asustan. Piensan que no podrán aguantar las tres horas de función pero, hemos de asegurarles que esto no ocurre con LOS MISERABLES. Su ritmo frenético hace que el musical te haga estar atento a cada cambio de decorado, a cada cambio de vestuario y/o peluca, a cada nueva canción… No puedes dejar de mirar el escenario. Solo te das cuenta donde estás cuando la lona cae y comienzan los 20 minutos del descanso.

Tras nuestra tercera visita al musical, pudimos ver que el espectáculo ha mejorado enormemente. Si nos remontamos a la primera vez que los vimos LOS MISERABLES y lo comparamos con la versión del pasado martes 29 de julio; podemos concluir que el musical ha crecido enormemente.

Las voces del sector artístico femenino ha crecido en potencia y seguridad de una forma exponencial. Al igual que nos pasó en los inicios del musical en Madrid; en la primera visita de LOS MISERABLES al BTM de Barcelona, tuvimos la sensación que las voces femeninas quedaban limitadas y poco brillantes. Incluso la sensación de rotura de las notas agudas era extrema en más de una ocasión y te hacía sentir incómodo. En aquella época, la fuerza de los chicos en interpretación, potencia y dominio vocal captaba toda nuestra atención. Pero, hemos de decir que el pasado martes nuestra visión cambió. Las chicas han avanzado mucho vocalmente y la seguridad en sus voces, y en sus actuaciones, hacen que al salir del teatro las recordemos a ellas por encima de incluso el protagonista del musical. Días después de visitar el musical, no podemos más que seguir recordando los momentos de Lydia Fairén (Eponine). Magníficos y perfectos. Una sorpresa tras otra hasta culminar con su «Para Mi», en la que rompimos a aplausos.

Por el contrario, las voces masculinas del musical han perdido protagonismo. Ignasi Vidal mantiene su nivel erizándonos el bello cada vez que aparece en el escenario. «Estrellas» sigue siendo mágica y su última canción hace que se nos encoja el corazón. En referencia al resto del elenco masculino, Guido Balzaretti (Marius) está correcto y Armando Pita (Thénarier) impecable.

Destacar el trabajo del elenco general, cuyas voces, muchas veces sobresalen en calidad por encima de algunos personajes principales. Disfrutamos más de ellos que de algunos personajes masculinos principales.

Por último, queremos elogiar el trabajo de dirección de Daniel Anglés quién ha dotado de majestuosidad y realismo al musical. Es como si LOS MISERABLES se hubieran hecho mayores de repente. Nos explicamos: anteriormente, cuando veías la obra, no todos los actores actuaban en todo momento, algunos solo se dedicaban a cantar en el coro cuando tocaba y se movían por las tablas, pero ahora, parecen introducirse en la historia de una forma más profunda. Nadie deja de actuar hasta que sale de escena y eso es de agradecer. Las miradas, los gestos, el nerviosismo del pueblo miserable se nota en el ambiente.
También es de agradecer las pequeñas palabras o frases no cantadas en los juegos actorales. Dotan a los personajes y a las escenas de realismo. Perfectos también los cambios de vestuario y maquillaje de los personajes; más ajustados y milimetrados.

Por último, hemos de apuntar que poder disfrutar de LOS MISERABLES en el Gran Teatre del Liceu es un añadido extra que esperamos volver a disfrutar con otros musicales. Solamente el nerviosismo del público en la entrada y las caras de la gente que nunca habían entrado en el gran teatro barcelonés, nos hacía sonreír. Las caras de la gente mayor revisando uno a uno los espacios, o esos niños y niñas (vestidos de domingo, como dirían nuestras abuelas) sin poder salir de su asombro, ya te preparan para disfrutar de uno de los grandes musicales de todos los tiempos. Pero ya no es solo la sensación que percibimos sino el perfecto y limpio sonido, la calidez musical del espacio y la gran caja del escenario, hace que salgamos muy contentos del espectáculo.

Recordar que LOS MISERABLES finalizan mañana su estancia en Barcelona. Tras un pequeño descanso de 15 días, el musical proseguirá su gira para instalarse en el Palacio Euskalduna de Bilbao.

Sigue la gira de LOS MISERABLES en su web oficial.

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