novedades
 SEARCH   
 
 

13.01.2020 Críticas  
Muerte de una reina y larga vida a La Calòrica

Cumplen 10 años. Para celebrarlo, revisan el texto que hizo que se fundara la compañía y que la consolidó en el panorama barcelonés. La Calòrica presenta de nuevo, sobre las tablas del Teatre Lliure de Gràcia en Barcelona, Feísima enfermedad y muy triste muerte de la reina Isabel I.

Yo tengo que agradecerles esta decisión. Hace 10 años no estaba al día en absoluto del circuito teatral que recorría las salas y teatros de Barcelona. Así que me perdí el nacimiento de la compañía y el primer estreno de esta obra. Después de haber conocido algunos de sus últimos trabajos, tengo que decir que he llegado a la Feísima enfermedad con tremendas ganas y con el ojo crítico mínimamente alterado y solo un poquito subjetivo (hay que recordar la profesionalidad, ante todo) debido a los grandes momentos que este equipo ya nos ha dado anteriormente. El resultado: La Calòrica no decepciona.

El tándem Joan YagoIsrael Solà (dramaturgia y dirección respectivamente) tiene una enorme conexión. Uno para escribir las disparatadas (pero certeras) ideas que se le pasan por la cabeza. El otro para orquestarlas sobre el escenario y extraer lo mejor del elenco, que ya de por sí tiene un enorme talento.

Feísima enfermedad se creó como un ejercicio teatral enfocado en las monarquías y el ansia de poder (temática muy shakesperiana). La reina Isabel La Católica está en la fase terminal de su enfermedad y antes de que muera se tiene que decidir quien la sucederá en el trono. Sobre esa base se gesta esta historia de ambición, deslealtad y reproches. Aunque desde esta segunda mirada de la compañía, ahora afloran con más fuerza otros matices también intrínsecos en el ser humano como son los relacionados con la muerte y la familia.

Todo esto, con ese sello cómico tan particular que los identifica. Son capaces de sacarme verdaderas carcajadas con escenas donde el texto y la acción se entremezclan formando ese universo calórico tan esperado. Sin olvidarnos de las frases lapidarias, esas que parece que pasan desapercibidas en mitad de los momentos más ‘vodevil’, pero que dan en el clavo de la realidad que están exprimiendo.

El conjunto actoral resulta sobresaliente, pero sé que todos me van a permitir destacar de forma especial la brillantez de Aitor Galisteo-Rocher como Isabel, además de que la mayor parte del texto recae sobre él. Poner a un hombre de reina y a una mujer de clérigo es arriesgado pero, si se hace con acierto, funciona (otro ejemplo de esto fue Nuria Espert como Rey Lear en el montaje de Pasqual). Aquí, parece ser que funcionó en su momento y si algo funciona, no se toca. Ese universo en el que entramos cuando se alza el telón y Galisteo-Rocher es la reina indiscutible no se paga con dinero. No necesita impostar una voz de mujer. No necesita manierismo alguno. Solo le hace falta interpretar la grandeza y la ambición. Y lo hace de 10, junto a su envidiable capacidad de arrojar al público el texto con esa exquisita maestría que ya nos es conocida y con la que consigue hipnotizarnos así, sin más. Xavi Francés, como el rey Fernando, sabe explotar siempre de forma genial su vertiente más cómica. Es para aplaudir largo y tendido su capacidad para hacer personajes tan bien construidos pero tan dispares y tan alejados de lo que parecen ser él. Júlia Truyol es Juana La Loca, la hija heredera. Nos regala los momentos más dramáticos y nos los entrega hasta con lazo. Me hubiera gustado ver la primera Feísima enfermedad solo porque estoy segura de que Truyol hizo una interpretación genial en aquel momento, pero creo que ahora se consigue apreciar, además, esa madurez como actriz que se consigue con los años. Carla Rovira consigue interpretar a un clérigo sin aberraciones. Su capacidad de transformación queda evidenciada una y otra vez. Sabe cual es el peso de su personaje y actúa en consecuencia. Marc Rius tiene un papel corto en esta obra como el príncipe Felipe, marido de Juana. Y, sin embargo, a pesar de la relativa brevedad, es Marc Rius (para mí, nada más que decir). Y Esther López, la chica de compañía de la reina, es la última que queda por mencionar, pero no por eso es de menor importancia. Tiene cierta complejidad en su interpretación, porque casi sin hablar consigue que su muda presencia complemente al resto del elenco a la perfección. Trabajando la parte facial y tirando casi de gestos de mimo se convierte en una especie de simpático bufón en esta loca corte, a la que tampoco puedes quitarle el ojo.

No sería justo dejar de mencionar el gran trabajo de escenografía y vestuario de otro de los miembros calóricos, Albert Pascual, quien se encarga de ambas partes técnicas. Nada de minimalismos para la corte de la reina, teniendo presente que no estamos hablando de un gran formato. Vestuario de época con todo detalle, maquillaje y caracterización a cargo de Anna Rosillo, y el atrezo necesario para conseguir meternos aún más en situación. Siempre digo que para algunas obras no son necesarias grandes parafernalias. Pero, como pasó exactamente igual en Els ocells, la ambientación y el vestuario aumentan la calidad que ya tiene el montaje solo con su dramaturgia e interpretación. Y no podemos olvidar la música de Jan Fité que, ambientando la sala al más puro estilo gótico, cierra el círculo de esta obra que lo tiene todo para estar en boca de público y crítica desde ya.

Feísima enfermedad y muy triste muerte de la reina Isabel I es teatro clásico pero que sabe a fresco y contemporáneo a la vez. Que una compañía nueva llevara hace 10 años a escena un montaje de medio formato con 6 actores era una aventura con riesgos que La Calórica decidió correr. Y uno de los premios, entre otros, llegará ahora cuando arrasen en el Teatre Lliure 10 años después. Como dice la propia compañía, presentan algo que se construye entre la alocada inocencia de entonces y la escarmentada experiencia de ahora. Esa sinceridad les afianza y los vuelve a convertir en admiradas cabezas pensantes y ejecutoras de teatro del de verdad.

Crítica realizada por Diana Limones

Volver


CONCURSO

  • COMENTARIOS RECIENTES