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06.07.2019 Críticas  
Magnífica Anna Sahun contra la toxicidad y la aniquilación

Este Grec, Anna Sahun ha estrenado en La Villarroel de Barcelona un monólogo de Dennis Kelly tan divertido como sobrecogedor: Nenes i nens, estrenado originalmente por Carey Mulligan. Con una factura tan sencilla como demoledora, este trabajo dirigido por Joel Joan aspira a convertirse en uno de los grandes referentes de la próxima temporada.

El guion más conocido de Dennis Kelly es, tal vez, el del musical Mathilda. Es el exponente más familiar de un dramaturgo que abunda en la cara oscura de la sociedad humana contemporánea. Los asesinos juveniles de D.N.A., las mentiras y la crucifixión de DebrisNenes i nens toma alguno de los ingredientes de aquel teatro in-yer-face de los 90, explícito, morboso y algo vulgar, y los subvierte para ir más allá.

Nenes i nens es, principalmente, un monólogo cómico. Anna Sahun encarna a una mujer que se plantea hacer algo con su vida tras una juventud con pocas luces, viaja, se enamora, entra en la industria audiovisual, tiene dos hijos… Eso constituye el núcleo de la obra: ella explicándonos su vida con mucho sentido del humor, algunas palabrotas y abundante ironía. Tal vez no nos identifiquemos con esa mujer, pero podemos reconocerla. Y sin embargo… sutiles pistas a lo largo del monólogo nos van poniendo en alerta. Igual que esas escenas domésticas alternas, donde ella educa a sus dos hijos y se enfrenta a sus personalidades opuestas (creativa la niña, beligerante el niño).

La alternancia entre los dos tipos de escenas viene marcada por un cambio en la iluminación azul de fondo: la original era de la magistral Es Devlin y Oliver Fenwick; aquí firman escenografía y luces Joan Sabaté e Ignasi Camprodon. Son quizás menos elaboradas, pero beben de la misma fuente cromática. Y aun con un escenario desnudo, es un elemento importante: la luz, el personaje, su manera de enfrentarse a la vida y sus recuerdos es todo lo que tienen Joel Joan y Anna Sahun para construir la emoción (pero no sentimentalismo) y el punto de vista de una propuesta feminista (más concretamente contra la toxicidad masculina) que podría, en otras circunstancias, haberse convertido en una obra educativa llena de datos, cifras y casos límite. En Nenes i nens hay datos, cifras y un caso brutal, pero también mucha verdad. Nenes i nens es una obra directa y valiente, dura (muy dura) y ácida, pero no amarga. Denuncia, pero no alardea, explicita pero no se regodea. Es el in-yer-face y a la vez es lo contrario.

De nuevo, aplaudir el trabajo de Anna Sahun. La flexibilidad que presenta en escena, pasando de la comedia al drama en un parpadeo, el distanciamiento mínimo (no del todo brechtiano) con el que se enfrenta a algunos de los momentos de la obra, la madurez con la que afronta el personaje y sus circunstancias, auguran que este va a ser su «Cinco horas con Mario». Creo, sinceramente, que Nenes i nens va a ser un texto que le acompañará durante muchos años, y que le ha llegado en el momento ideal de su vida. Debería volver a La Villarroel o a cualquier otro teatro cuando arranque la temporada en septiembre, y recomiendo que nadie se lo pierda.

Crítica realizada por Marcos Muñoz

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