Este fin de semana hemos podido asistir a una de las cuatro únicas funciones de La Cantant Calba, obra que se representaba en el Almeria Teatre bajo la producción de la Cia. Món Animal. Un texto de Eugène Ionesco, traducido y adaptado al catalán por Bonaventura Vallespinosa, bajo la dirección de Miriam Puntí.
La obra está protagonizada por dos matrimonios. Los Smith, interpretados por Montse Rodriguez y Sergi Dueñas, que escenifican la vida vacía de una pareja que ya no tiene nada en común y que se ha visto abocada a la pesadez de la rutina diaria. Y los Martin, interpretados por Mireia Torné y Jaume Forés, quienes personifican el desconocimiento mutuo en la pareja y la gran falta de entendimiento entre dos personas que se quieren. A estos personajes se le unen la criada de los Smith, Mary, interpretada por Judit Badosa y un bombero interpretado por Toni Alonso, que tan solo harán que añadir más leña al fuego a las situaciones ya creadas por ambos matrimonios.
Los personajes nos cuentan disparatadas situaciones con extensos monólogos, todos ellos con un denominador común: la falta de comunicación. Para ver esta obra hacer falta dejar el sentido común y la razón fuera de la sala. Una vez cruces las puertas del teatro y te sientes en la butaca verás como seis personajes son incapaces de comunicarse entre ellos; malinterpretando situaciones y haciendo de una situación cotidiana como abrir una puerta, se convierta en algo grotesco y esperpéntico llevado al límite de lo absurdo. A pesar que, para ellos, tenga toda la lógica del mundo.
Si al salir de la sala no has entendido absolutamente nada, es que lo has entendido todo. Esta obra es una mera crítica a la sociedad actual que a pesar de tener todo tipo de canales y herramientas para comunicarnos, somos incapaces de pararnos dos minutos a escuchar lo que la otra persona desea expresar, o bien preguntar en caso de no haber entendido nada. Parece ser que esto ya sucedía hace sesenta y dos años dado que esta obra se mantiene con gran éxito en el célebre Théâtre de la Huchette de París de forma ininterrumpida desde 1957 y de martes a sábado.
Cabe destacar el gran trabajo actoral de la Cía. Mon Animal, dado que el texto que propone la obra es digno de alabanza. Se nota el trabajo previo de aprendizaje de semejante cantidad de texto incongruente para atreverse a interpretar una obra que es un referente en el teatro de lo absurdo. Junto a ello, un gran juego de luces y sonidos hacen que cambies de atmósfera mientras estás en pleno bucle de la locura y sinsentido.
Espero que La Cantant Calba vuelva a representarse bien pronto en Barcelona y os apuntéis a disfrutar de un frenesí absurdo y irracional. Y que a pesar del sinsentido del la obra, logres salir sintiendo que no has entendido nada, por que en realidad no debes entenderla, sino sentirla. ¿Se entiende?.
Crítica realizada por Joshua Fenoy