novedades
 SEARCH   
 
 

04.01.2018 Críticas  
El Perro del Hortelano o como nos vuelve locos el amor

Tras el éxito cosechado en la temporada 16/17 de este montaje de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, donde giró por casi una decena de ciudades españolas, ha aparecido de nuevo El perro del hortelano en Madrid y Bilbao y se ha instalado durante un mes en el Teatre Nacional de Catalunya para hacer las delicias del público catalán.

Esta versión a cargo de Álvaro Tato, hilada con la ayuda de su directora Helena Pimenta, ha pretendido mantenerse fiel al original de Lope de Vega a excepción de alguna modificación solamente en aras de darle comprensión plena al público actual y salvar los inconvenientes que afectan al lenguaje por el paso del tiempo.

Así, nos encontramos ante este clásico español de la comedia palatina que, a pesar de haber sido escrito hace 400 años, guarda grandes parecidos en trasfondo que nos unen a ese pasado en cuanto a condición humana, no tanto en situaciones sino en cuanto a reacciones.

Es divertido observar los entresijos entre hombres y mujeres pero, como no, también entre mujeres, los celos, los ardides, el poder y finalmente, el amor, en una historia escrita por un hombre del Siglo de Oro y visualizada en esta ocasión por una mujer de nuestro siglo XXI y que expone una vez más a unos personajes que luchan y traman para tratar de superar la condición social que por herencia les ha tocado y que les limita la libertad de acción y elección.

Pimenta nos trae a una Marta Poveda que ya arranca con tremenda fuerza desde el principio, como presentación de su persona y que a lo largo de la obra irá descubriéndose más humana que condesa en una excelente interpretación. Junto a ella, una gran Natalia Duarte en el papel de Marcela, quien hace del escenario su casa y de la dicción su pasión. Actuando como Teodoro, el secretario al que ambas mujeres se rifan, tenemos a Rafa Castejón, que se hace grande en escena a medida que pasa el tiempo y a su siervo Tristán, caracterizado por un enorme Joaquín Notario, posiblemente el que más cómodo se siente con las palabras y quien con su enorme presencia nos regala algunos de los mejores momentos como forjador del artifice que le consigue la boda a su amigo.

Junto a ellos, un muy buen elenco de actores y actrices que complementan esta obra de gran formato como son Alvaro de Juan, Óscar Zafra, Nuria Gallardo, Alba Enríquez, Paco Rojas, Egoitz Sánchez, Pedro Almagro, Aleix Melé, Fernando Conde y que completan la fantástica escenografía de Ricardo Sánchez Cuerda que nos traslada al palacio de Nápoles de la condesa de Belflor donde admiramos todo lujo de detalles que, además, quedan enfatizados gracias a la iluminación de Juan Gómez-Cornejo y el vestuario de Pedro Moreno y Rafa Garrigós.

Aunque Pimenta ha mantenido totalmente el aire clásico en el texto, en la teatralidad y en lo visual, pero hemos de reconocer que le queda que ni pintado la licencia contemporánea que se permite con las intermitentes apariciones de Alberto Ferrero interpretando al Amor con una fantástica danza, antojadiza, veleidosa y versátil que captura a la protagonista cada vez con más intensidad. Junto a él, una coreografía con todo el elenco inicial y otras dos (a mitad y al final) consiguen unir este clásico con nuestra época sin que le chirríe a la platea en lo más mínimo, sino todo lo contrario, que lleve al espectador al disfrute total de la función.

A la Condesa Diana de Belflor, comparada a El perro del hortelano, que “ni come ni deja comer”, Lope de Vega finalmente le deja conseguir lo que desea. Pimenta obtuvo un éxito hace dos años mostrándonos los entresijos de esta condesa y estamos seguros que volverá a conseguirlo en esta segunda vuelta, porque con esta, nos presenta una comedia que de verdad nos hace reír y disfrutar. Y Vdes tienen esta semana para comprobarlo por sí mismos, si se pasan por la Sala Gran del TNC.

Crítica realizada por Diana Limones

Volver


CONCURSO

  • COMENTARIOS RECIENTES