18.06.2018
Supongo que verbalizar nos ayuda a caminar correctamente por los vericuetos de nuestro pensamiento. No sé si a Javier Gomá esto le sirvió cuando escribió Inconsolable, pero lo que sí sé es que escribir en primera persona y con el don la mirada (y la pluma) puesta hacia sí le ha conseguido este trabajo redondo y magnífico que visita las tablas del Teatre Romea de Barcelona.
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