No debe ser fácil despedirse de los escenarios, la compañía catalana Vol Ras, pone punto final a su trayectoria con un espectáculo homenaje a la trastienda del teatro. Un homenaje sentido y de gran poder emocional. Una digna despedida en silencio de una de las mejores compañías de teatro gestual, reconocida nacional e internacionalmente.
El teatro gestual no está entre mis preferidos, siempre me ha costado dejarme llevar por el humor en apariencia sencillo que se propone en ese tipo de espectáculos. Vol Ras es de las compañías más veteranas en este tipo de teatro y como colofón a una trayectoria de éxito ha decidido poner punto y final a su historia con DA CAPO. Acudo con cierta expectación a una emotiva despedida. El nombre del espectáculo hace referencia al término utilizado en música para indicar que hay que empezar desde el principio. Bonita metáfora para un montaje de despedida.
El espectáculo nos presenta la trastienda de un recital de música clásica, lo que observamos es lo que ocurre entre bambalinas, la retahíla de personajes que los dos integrantes de Vol Ras nos presentan es una constante sorpresa, a cada cual más divertida y mas ocurrente. Un sentido homenaje a las profesiones que hacen posible que un espectáculo salga adelante, desde los electricistas, tramoyistas, regidores, hasta las mismas estrellas del concierto.
Es todo un arte contar una historia solo con el gesto, que la atención no decaiga en ningún momento prueba la calidad de lo que se está viendo. Sin duda la experiencia de esta compañía consigue un espectáculo de una calidad innegable.
Había cierto ambiente de reverencia en la sala, los asistentes éramos conscientes de que estábamos ante algo que no se iba a repetir. Ver a esos dos experimentados actores despedirse de los escenarios es algo que conmueve y que hace reflexionar en la situación de muchas de las compañías de nuestro país, abocadas a echar el cierre ante las dificultades que atraviesan.
Vol Ras deja un legado único en la historia del teatro de nuestro país y DA CAPO fue un excelente broche de oro.
Crítica realizada por Moises C. Alabau
