novedades
 SEARCH   
 
 

12.03.2015 Críticas  
Tándem íntimo sobre las tablas del Teatre Goya

Desde el primer momento que entro en la sala, Daniel Anglès y Miquel Tejada se encargan de crear la atmósfera que marcará todo el concierto. Reciben al público y les dan la bienvenida saludándolos personalmente antes de accedr al escenario desde la platea del Teatre Goya. El concierto va a empezar.

En cuanto la música suena, Miquel Tejada nos zambulle en una gran obertura, típica del mejor musical, y lanza un hechizo sobre el público, demostrando una “majestuosidad digital”.

Con aire de piano-bar, Daniel presenta y explica cada tema de manera anecdótica (y cómica) con una verborrea impresionante, incluso abrumante, a personas concretas en el público. La ambientación musical de Miquel lo acompaña, siempre presente, sin necesidad de usar las palabras. De hecho, se nota un vínculo muy fuerte entre los dos y una especie de “historia de amor artística” donde incluso vemos como Miquel dialoga (e incluso discute) con Daniel; ya que muchas veces el cantante habla en boca del pianista y compositor.

Tras la casi hora y media de concierto puedo remarcar dos momentos que llamaron mi atención. Por un lado, Daniel Anglès nos cuenta uno de sus secretos más tiernos y confesables. De manera particular y concreta, nos narra cuando iba con Pilar Capellades a escuchar y aprender de memoria -bocata en mano- toda la función del musical de la época que se representaba en el Teatre Goya. Muy gracioso e interesante saber cómo empezó su andadura artística.
Por el otro lado, aterricé de golpe en la silla al oír, en voz del maestro Tejada, la frase: “vaya rollo que tiene”, en medio de una explicación de Daniel. Un momento muy divertido para el público asistente ya que Tejada abre la boca por primera vez en todo el concierto antes de su dúo del musical “The Color Purple” (“El color púrpura).

Un punto fuerte del espectáculo es la iluminación. Al principio choca ver el escenario del Teatre Goya tan desnudo y tan crudo, donde se pueden ver todas las estructuras de la iluminación y no hay bambalinas ni telones. Sin embargo, las luces apoyan, llenan y hacen crecer cada canción; legando al diálogo también con los protagonistas.

Es una lástima que la sala no estuviera llena del todo. Un formato así tal vez sea digno de un escenario más cercano y no tan grande (como ya hicieron en el Círcol Maldà), pero Anglès y Tejada son capaces de crear un eclipse en cada canción que hace que el tiempo se pare de repente y no puedas dejar de mirar y escuchar. Destaca en este aspecto la versión de “Como yo te amo” (Rocío Jurado), donde puedes ver una historia detrás en la mirada del cantante, que se desnuda emocionalmente ante el público.

Crítica realizada por el equipo de EnPlatea.com

Volver


CONCURSO

  • COMENTARIOS RECIENTES