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21.02.2024 Críticas  
Escoria. Vida de Valerie Solanas – Crítica 2024

Dentro del IX ciclo de teatro argentino, y programado para el próximo mes para Musas: mujeres en escena; y con todo vendido este mes, Escoria. Vida de Valerie Solanas, en El Umbral de Primavera de Madrid nos acerca al personaje de Valerie Solanas, la mujer que no solo disparó tres veces contra Andy Warhol en The Factory.

Valerie Solanas (Natalia López) visita la tumba de Warhol para llevarle flores y contarle no ya el porqué le asaltó sino las circunstancias vitales que le hicieron llegar a ese punto. Valerie confiesa los abusos sufridos, la indigencia, el internamiento en instituciones psiquiátricas, sus partos y la prostitución.

Escoria. Vida de Valerie Solanas está escrita por Emanuela Lamieri, dirigida por Toni Ruiz y con escenografía de Raúl López. La brevedad de la pieza es para mi la clave del montaje, ya que nos ahorra un devaneo innecesario por escenas de la vida de esta mujer, cuya ficcionalización ha sido mayor que su biografía documentada, ya que, como ocurre con las leyendas, los límites comienzan a ser difusos y la neblina del tiempo recubre todo lo acontecido.

Natalia López está en un registro muy deparado como Valerie Solanas, y su gestualidad nos ubica en un estado mental muy determinado, entre la fragilidad y la fortaleza que la determinación a contar su versión de los hechos, y no ya justificar sus acciones, sino permitirle compartir el duro camino que le tocó recorrer hasta ser señalada y conocida más por su intento de asesinato que por su activismo de feminista radical o la autoedición de su manifiesto SCUM.

Escoria es una muy buena aproximación a este personaje, planteado desde una mujer que no pide disculpas, ni por ser, ni por vivir, ni por haber llegado a la conclusión de que el remedio para los males del mundo moderno es la erradicación de los hombres, a través del terrorismo o del asesinato selectivo de todo varón que no participe del movimiento. Esta revolución violenta es la contrapartida definitiva contra el trato diario a las mujeres, y no deja de ser un paso intermedio a que la extinción humana voluntaria debería ser una realidad.

La economía en medios y duración del espectáculo roza la radicalidad del mensaje y hace que Escoria sea una pieza certera, que apela directamente al espectador en cuanto a la humanidad de Valerie Solanas, una rebelde a la que el mundo le hizo así, porque nadie la trató con amor, y a la que nadie le nunca le quiso oír. Manuel Alejandro podría haber escrito su tema Soy rebelde para Valerie Solanas, aún con vida en 1971, porque sería un buen resumen de las circunstancias vitales de una mujer que dejó huella en la historia aun siendo su huella la de una mujer despiadada, desequilibrada y misándrica.

Crítica realizada por Ismael Lomana

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