Palabrería Pesada es la nueva obra de la dupla creativa Amaia Bono y Damián Montesdeoca que ha sido representada este pasado mes de noviembre en el DT Espacio Escénico de Madrid, espacio que también co-produce.
Amaia y Damián nos traen en Palabrería Pesada una comedia que, en su misión por descubrir cuánto pesan las palabras reflexiona sobre su propio título, su subtítulo y sobre qué pasaría si Palabrería Pesada fuera un musical.
Al igual que en su anterior obra, La Repetición, esta representación deja clara la gran química y complicidad de Amaia y Damián como colaboradores artísticos y actores. Queda patente su afinidad en sentido del humor e intereses dramatúrgicos. Pero, sobre todo, lo que más denota es su completa desfachatez; en el mejor sentido de la palabra.
Desde el inicio de la obra, Amaia y Damián son juguetones, burlones y distendidos mientras rellenan el silencio escénico con un texto metalingüístico sobre las palabras, en el que la reducción al absurdo no solo es permitida sino que es activamente deseada y abrazada. Amaia y Damián se aproximan a sus gags desde todos los ángulos posibles, exprimiéndolos hasta la saciedad llegando al punto en el que el propio estiramiento exagerado del chiste se convierte en su propio chiste.
Más que surrealista, nos encontramos ante una muy divertida obra absurdista gracias a la armonía de los dos actores que reducen el propio texto y el acto comunicativo analizándolo febrilmente hasta su más mínima expresión. No existe humor inteligente o humor absurdo, cualquier tema les vale para empezar a dar vueltas sobre sí mismos en una vorágine de sobre-análisis que, en más de una ocasión, te deja preguntándote a ti mismo si quizás estás teniendo un evento neurológico y todo está pasando dentro de tu cabeza.
Y esta es la mejor (y probablemente única) manera de experimentar las obras de estos dos colaboradores. Uno tiene que dejar atrás cualquier sentido y dejarse arrastrar por la corriente embólica del torrente de palabras y simplemente disfrutar de una hora demente en compañía de dos locos enormemente carismáticos.
Crítica realizada por Erik Ortega Rodríguez
