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17.10.2023 Críticas  
Lo importante es crear

Todos los domingos de octubre en la Sala AZarte de Madrid se presenta Lo importante es el proceso. Una obra con dramaturgia de Paula Guida que nos muestra con humor y desde dentro el difícil camino que implica el montaje de una obra de teatro.

Paula Guida, que tocó nuestra fibra hace dos temporadas con la emotiva Garbage, regresa a las salas madrileñas con su propio texto. Una pieza en la que prima la comedia. Sin embargo, aunque el registro varía y nos encontramos ante una trama formalmente más simple, Guida destaca nuevamente en su sensibilidad para dibujar personalidades y en la capacidad para crear diálogos ágiles y naturales.

En esta ocasión, Lo importante es el proceso nos sumerge en una ficción meta-teatral que nos permite asistir al montaje de una obra de teatro, para guiarnos con el conocimiento vivido en primera persona por ese proceso creativo teñido y contaminado por las presiones del tiempo, el presupuesto, los favores debidos y el inevitable conflicto interpersonal.

El argumento se presenta con sencillez. Tres actores y un director se enfrentan a las primeras lecturas de una obra de teatro. Todos ellos (o casi todos) acuden a ese primer ensayo con una ilusión propia sea movida por ser su primera o su última oportunidad de estrenar. Sin embargo, y a medida que el tiempo para debutar se aproxima, la ilusión se diluye y afloran sus problemas, dudas y debilidades.

Lo importante es el proceso es otro ejemplo más de esos tesoros que esconden las salas off. Un montaje humilde, sin recursos más allá de unas sillas plegables. Su grandeza se encuentra en la limpieza de un texto bien escrito, un elenco solvente y una historia sencilla y bien construida en la que prima la humanidad. Tres elementos que Alberto Sabina orquesta con acierto desde la dirección; dejando el peso del montaje en la labor de sus actores. Una ficción meta-teatral sin protagonistas en la que la interpretación es coral.

Al frente, y como responsable del encuentro de todos los actores de esta trama, se encuentra Lucas Tavarozzi interpretando a Leo. Un director de teatro sin experiencia que se enfrenta a su gran oportunidad. Tavarozzi despliega carisma y energía para afilar la comicidad de un personaje siempre al borde del desastre pero que mantiene una aparente seguridad para lidiar como puede con los tres actores que integran su elenco interpretados en la realidad por Antonio Reyes, Pedro Moreno y la propia Paula Guida.

Antonio Reyes aporta solvencia, aplomo y elegancia a un profesional consagrado, altivo, incapaz de reconocer el talento de sus compañeros y aparentemente carente de la más mínima empatía. Pedro Moreno, por su parte, se enfrenta quizá al papel con menos desarrollo de la obra pero suple la falta de profundidad de su personaje con una comicidad ingenua y bien trazada que despierta una risa espontánea. Se apropia de nuestra atención para aliviar la trama cuando la tensión sube grados con los guiños más divertidos. Finalmente, Paula Guida nos ofrece el papel más rico en detalles interpretando a una mujer que esconde aristas y conflictos pero rebosa dulzura. Hay que apuntar que las mismas virtudes que señalo de Guida como autora se extienden a su labor como actriz. Su interpretación es como su texto: sensible y rico en matices pero sorprendentemente natural. Se aproxima al espectador con la confianza de alguien conocido, de alguien real.

Solo voy a poner una objeción (muy) menor que viene determinada por las características de la sala, no del montaje. El movimiento que Sabina diseña implica que los actores pasen parte del tiempo sentados bien en sillas, bien en el propio suelo, pero las condiciones de la sala AZarte a partir de la tercera fila, pueden limitar una visión directa de los actores cuando estos se sientan en el suelo. En mi opinión estas directrices no aportan ninguna fuerza dramática adicional ni subrayan nada en la trama, por lo que debería tenerse en cuenta en futuras funciones.

Lo importante es el proceso es un montaje que pone en valor el trabajo de un elenco extraordinario y un texto honesto con el que Paula Guida nos regala otros noventa minutos de personajes cargados de humanidad, con alma propia y una historia que contar en esta comedia. Un tesoro escondido (ahora descubierto) que espero tenga prórroga y mucho éxito.

Crítica realizada por Diana Rivera Miguel

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