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10.07.2023 Críticas  
Llegar a la cima juntas y sin matarse

The Hill, la joya teatral del aclamadísimo Peter Quilter, llega en una versión totalmente femenina al Teatro Alcázar de Madrid bajo el nombre de Paso a paso. Bajo la dirección de Esteve Ferrer, Carmen Conesa, Diana Peñalver y Eva Barceló presentan al público a una aventura encantadora y llena de risas, explorando los temas del amor, la tolerancia y la amistad.

Esta comedia gira en torno a tres mujeres de mediana edad que se embarcan en una caminata de dos días para llegar a lo alto de una colina como homenaje a su amiga fallecida. Desde el momento en que ponen un pie en el camino, el viaje se convierte en una montaña rusa de recuerdos, sentimientos y revelaciones personales. El genio cómico de Quilter brilla en el ingenioso diálogo de la obra, lleno de frases inteligentes e intercambios humorísticos que harán que el público se ría a carcajadas.

La obra profundiza sutilmente en temas significativos que resuenan con la audiencia. El amor, en sus diversas formas, se explora a través de las dispares historias de las tres amigas que se desarrollan y profundizan durante el camino. Las personalidades y perspectivas únicas de los personajes crean oportunidades para la tolerancia y la aceptación, recordándonos la importancia de abrazar la diversidad. Los lazos de amistad se prueban, fortalecen y celebran a lo largo de la obra, destacando el profundo impacto que nuestras relaciones tienen en nuestras vidas.

Las actrices están espectaculares desde el primer momento. Carmen Conesa (Mónica), Diana Peñalver (Paula) y Eva Barceló (Sofía) rebosan carisma, simpatía y, sobre todo, química. Las tres juntas se comen el escenario, presentando una típica tríada de arquetipos de personalidad: la mujer sin ataduras, libertina que intenta sentar la cabeza; la mujer que sólo vive para sus relaciones, recientemente soltera y que no se aguanta en soledad; y la solitaria, que lleva tanto tiempo sola que no ve otro modo de vida por mucho que lo odie. En fin, un trío condenado a llevarse bien pero no a estar en paz.

El uso experto del diálogo humorístico en el texto regala a la audiencia un juego constante de ping pong verbal, evocando risas y aplausos a cada paso. La entrega y química de las actrices crean una energía contagiosa que reverbera en todo el teatro, pero no es reír por reír, el humor inteligente de la obra sirve también como vehículo para la introspección y la conexión emocional.

Paso a paso ha cosechado elogios de críticos de toda Europa por su humor, diálogo y exploración de temas universales. La capacidad de Quilter para infundir la obra con ligereza y profundidad es de elogiar, logrando el equilibrio entre la risa y la emoción genuina encontrando momentos de autorreflexión y autodescubrimiento por el camino. Una obra de auténtica altura.

Crítica realizada por Ariadna Ortega

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