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05.10.2021 Críticas  
De soledades y silencios compartidos

Comienzo el Surge Madrid en la Sala Tarambana de Madrid con Bob o Nunca Nadie: La Questione del Consenso de Quemar las Naves, enfrentándome a una TED Talk en la que, para que esta esté completa, se necesita de nuestra colaboración a esa biblioteca de experiencias y conocimientos individuales.

Carlos Pulpón es el autor, director, dramaturgo, intérprete, diseñador de la escenografía (junto a Paola de Diego) de esta pieza multidisciplinar, donde ha contado con la asistencia a la dirección artística de David Herráez, Inés Collado, Itziar Manero y Olga Hernández. Bob o Nunca Nadie es el resultado de los esfuerzos de este hombre orquesta que toca todas las teclas y fibras del espectador relatando un suceso personal difícil de categorizar, asimilar o hasta de lidiar con él, ya que el mismo se mueve en ese espacio difuso de “La Questione del Consenso” del título, un término tan abstracto como la Sala Roja de Twin Peaks, una anomalía multidimensional en este caso a la que se llega sin saber establecer si uno ha buscado cómo acceder a ella o se nos ha empujado a esta sala de espera en la que el tiempo se congela y uno se condena eternamente a analizar el cómo, el qué y el porqué.

Me ha costado un tiempo aproximarme a este texto y a digerir lo que Bob o Nunca Nadie me proponía, ya que Carlos Pulpón nos (me) confiesa haber sufrido este abuso tipificado como punible en el Código Penal, pero cuya definición es un cajón de sastre en el que la interpretación y valoración queda en manos de aquel encargado de dictar una sentencia o admitir a trámite una denuncia . Casos como los de la Manada de Pamplona, el asesinato de Samuel, o una manifestación fascista que se permite celebrar en el barrio de Chueca al grito de “Fuera maricones d nuestros barrios” demuestran la desprotección y toda esa terminología legal que desprotege a buena parte de la población, disfrazándola de democrática y universal.

Carlos Pulpón en esta pieza se limita a exponer los hechos, invitar al público a que rellene un formulario sobre abuso sexual y Twin Peaks, y a exponer que su caso es solo uno mas de todos los que ocurren, y que sus circunstancias fueran las expuestas. Bob o Nunca Nadie es un ejercicio escénico de autoficción de inmensa objetividad que exige que con esa información que se nos entrega sea procesada por cada uno de nosotros, y que la impronta que en nosotros quede sirva para poder gestionar la posibilidad de que algo parecido nos suceda o llegue a repetirse.

Bob o Nunca Nadie: La Questione del Consenso tiene la misma inteligencia que todo proyecto en el que Pulpón pone su cuerpo y sensibilidad, siempre al servicio de la transmisión de emociones y de plantear dilemas y cuestionamientos vitales desde una perspectiva tan rica y completa como la suya. Esta pieza es susceptible de crecimiento, transformación y constante actualización, que pueden llevar a convertirla en un referente escénico como fue la impactante Sucia de Bàrbara Mestanza. Yo mismo me he encontrado ahora mismo debatiéndome entre el uso de abuso o agresión sexual, y son precisos los matices diferenciadores en la semántica de ambas palabras que para mi son sinónimas: quizás solo la violencia en los mismos sean la clave, pero la marca que ambos dejan en la (mi) persona, es indeleble. Carlos Pulpón puede cantarme una canción para terminar, o volver a cantarme la misma, y su música siempre será emocionante, necesaria y me seguirá uniendo a él.

Crítica realizada por Ismael Lomana

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