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26.04.2021 Críticas  
Humor a la griega

La compañía de teatro Timaginas presentó otra entrega de su último montaje Eurípides no me Sófocles que te Esquilo. Esta vez fue el teatro Paraninfo de la Universidad de la Laguna en Tenerife el lugar escogido para la ocasión y como viene siendo habitual, fue todo un éxito de público.

Como ya hizo en La Farsa del Siglo de Oro, la compañía tinerfeña ha creado una obra donde ha querido reunir historia y teatro. Y de nuevo ha elaborado una hilarante parodia sobre el origen del teatro, remontándose a la antigua Grecia. Sus cinco intérpretes, María Rodríguez, Armando Jerez, Andreas Trujillo, Ricardo Trujillo y Cristian Beltrán, ataviados con las clásicas túnicas griegas (otra magnífica creación de Carmensa Rodriguez), interpretan a un coro de actores clásicos a la vez que relatan, no sin un tono jocoso y disparatado, de qué forma comenzaron las artes escénicas en la antigüedad.

Desde la primera escena, tanto trama como texto, gozan de un estilo hilarante muy del estilo de la conocida compañía. El también dramaturgo Armando Jerez, es el encargado de crear este relato cargado de unos diálogos no tan solo ingeniosos y cómicos, sino también de rigurosa exactitud histórica. Tal combinación, hace pensar al espectador que es perfectamente posible mezclar diversión con cultura y aprendizaje y que para disfrutarlos no hay límite de edad.

Un texto de semejante calibre sería estéril sin unos actores que creyeran en él y le dieran la vida que merece. Y en Timaginas Teatro existe ese tipo de unión, concordia y complicidad, que hace que la maquinaria del teatro funcione con precisión suiza. Esta obra no ha sido la excepción, pues los cinco actores sobre el escenario fueron fieles al texto pero a la vez a su compromiso de hacerlo verídico y de hacer disfrutar al público para que este, también desde su asiento, pudiera verse en la antigua Grecia, creyéndose estar sentado sobre las gradas de piedra de un anfiteatro.

María, Armando y Andreas, evidenciando su dilatada experiencia y versatilidad, llevaron el peso de la obra sin perder el ritmo, el cual iba cambiando a medida que evolucionaba el relato. Sin duda una prueba más de la calidad de estos actores y del éxito de su proyecto.

Así, en una tarde, aprendimos que en Grecia nació el teatro en su forma de arte dramático, que tres de los principales dramaturgos griegos se llamaban Eurípides, Sófocles y Esquilo y la lección más valiosa: que todo, absolutamente todo, siempre se entiende y se disfruta del mejor modo si lo hacemos divirtiéndonos y con grandes dosis de humor.

Crítica realizada por Celia García

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