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01.04.2021 Críticas  
¡A las barricadas!

Santa Juana de los Mataderos es el nuevo Proyecto Anual de Montaje de la Escuela Nave 73, en Nave 73 de Madrid,  y esta versión libre de Bertolt Brecht es tan actual como los titulares de la actualidad: capitalismo, colapso, represión, y los mártires del sistema.

Hay que comenzar comentando que Santa Juana de los Mataderos tendrá en grande y negrita al autor de Madre Coraje y sus hijos, pero en sus mujeres H. Borchardt, E. Burn y E. Hauptman son las manos y quizás las únicas cabezas detrás de este texto. Situada la acción en el crack del 29, Juana de Arco es reimaginada como una activista de una ONG religiosa, que entra de lleno en la maquinaria capitalista, y pervertidos sus ideales personales, esta es sorprendida por la muerte y utilizada “por los de arriba” como la moneda de cambio que la llevó a su fin.

Carlota Gaviño e Íñigo Rodríguez-Claro firman la versión libre, y el montaje cuenta también con dos importantes figuras en sus respectivos campos: Pepe Alacid en la dirección musical y música en directo, y Lucas Condró en la dirección de movimiento. Santa Juana de los Mataderos es un espectáculo total donde el público asiste a un espectáculo total con interpretación, baile, teatro musical, social, el ‘Episches Theater’ de Bertolt Brecht, y un “Tele-Maratón”. En el elenco cuentan con Sole Barderas, Reyes García, Tony Galán, Achamán González, Paula Grande, Almudena Guido, Solangela de la Guarda Bonifacio, Mara Llares, Catalina Morán, Leyre Morlán, Adrián Pulido, Elena Ramírez Manzanares, Carolina Neka Rodríguez, Carmen Soto y Ioanna Tsakirmpaloglou.

Santa Juana de los Mataderos es un ejemplo de que menos es más, y que sin contar con un gran despliegue escenográfico, ni el respaldo de un teatro público, ni un apoyo “por el nombre” pero con dudoso talento, se puede hacer un teatro que denuncia, remueve, y levanta conciencias. Este montaje es puro incendiario, y tiene el perfecto equilibrio entre “Smell like teen spirit” de Nirvana y el «Cabaret» de Sam Mendes, cuya escena final tiene el mismo poder visual y de conciencia que el de Santa Juana de los Mataderos antes de su epílogo.

La osadía y genialidad de adaptar el “Cell Block Tango” de Chicago a las mujeres de “Bertie” Brecht es un guiño mayúsculo, y me atreveré a decir que reivindicativo ya que el teatro musical no solo es alegría y desparpajo y liviandad en el mensaje, sino que la fuerza del discurso puede calar más en la audiencia a través de la música que con un texto lanzado a la platea con intención (que también).

Hay mucho talento, muchas ganas, mucha formación extraordinaria por todo el profesorado de la Escuela Nave 73, y sobre todo, mucho amor por el teatro: por comunicar, por concienciar y por asumir que solo conseguiremos la victoria posicionándonos, quemando contenedores, y apoyando el teatro de guerrilla y de barrio.

Crítica realizada por Ismael Lomana

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