La ganadora del Premio de Teatro para Autores Noveles “Calderón de la Barca” de 2019, Eva Mir por Héroes en diciembre estrena en la sala Francisco Nieva del Teatro Valle-Inclán de Madrid la obra galardonada «por la valentía a la hora de afrontar una temática controvertida, la compleja construcción de los personajes y la calidad de su escritura dramática»
Berta (Marta Matute), Agnes (Mónica Lamberti) y Julián (Rodrigo Sáenz de Heredia) colaboran en el programa “Revivir” como parte de la terapia que les ayuda a superar sus intentos de suicidio. Mar (Helena Lanza) es la nueva asistente social encomendada a la parte final del proceso, mientras les convierte en personajes de un proyecto documental. Las motivaciones vitales o mortuorias salen a flote en esa piscina vacía en la que convergen cuatro cuatro almas en busca de ganas de vivir.
Mi punto de aproximación a Héroes en diciembre va a ser la ausencia total del mismo ya que este horror vacui temático no permite el acercamiento, al igual que la propia autora ya se dice a ella misma que ha metido tanto aquí dentro por todas esas veces que estos temas no han tenido cabida en montajes ya escritos. Eva Mir ha creado una obra autoconsciente autosuficiente autoreferencial y autónoma, apuñalándose como Berta en su propio ombligo. Uno asiste al devenir de los personajes como vistos a través de la lona de protección con la que se cubre una piscina en invierno.
Los personajes de Mar y Berta son las antagonistas imperfectas de Julián y Agnes, poniéndose el mundo por montera ante la(s) adversidad(es) y sus inseguridades, dando una imagen de fortaleza con murallas de adobe que poco precisan para que caigan. Me hubiese gustado empatizar con alguno de ellos: con Agnes por compartir el 11M y con Berta por reconocerme en ese meter el pie en la piscina de la autodestrucción; pero el muro está ahí, frágil, pero muro al fin y al cabo, y culpo a la autora de no permitirlo con su frialdad calculada y salpicaduras de cierta superioridad.
La factura técnica de Héroes en diciembre es de las memorables, acogiendo tras Siglo Mío, Bestia Mía otro espacio acuático inconcebible hasta que uno se encuentra frente a él. La escenografía de Mónica Borromello es perfecta, la iluminación de David Picazo, impecable, y el espacio sonoro de José Pablo Polo es el quinto personaje de la obra, más protagonista si cabe que el mentado Khalid. La ambientación sonora es omnipresente, constante, y el acento a cada parlamento de los personajes. La magia evocadora de los sonidos de Polo es el equilibrio en la balanza con la escenografía de Borromello.
Mónica Lamberti es todo un descubrimiento y espero que Héroes en diciembre sea el pistoletazo de salida que le haga colaborar en más proyectos. Los momentos del presente del personaje de Helena Lanza son los que dan empaque a su personaje al que la caracterización hace un flaco favor. Al Julián de Rodrigo Sáenz de Heredia le sienta bien lo mismo, “el presente”. Y Marta Matute vestida por Paola de Diego es la iluminación de esa pileta vacua; la voz de su personaje es errática, y al contrario de a Mar y a Julián, el pasado le sienta bien a Berta y la visualizo en esa cocina de buena mañana preparando un plato a la carbonara que se quema. Todo su presente en “Revivir” es histriónico de más, pero no quita que con sus botines rojos y un mono sea más Ziggy que Ziggy Stardust y podamos ser héroes que se sienten a hablar porque es cierto, tenemos que hablar.
Crítica realizada por Ismael Lomana
