Jesús Rubio Gamo presentó el 28 de febrero la pieza Ahora que no somos demasiados viejos todavía en la Sala Cuarta Pared de Madrid como parte de la programación de MoverMadrid. El bailarín y coreógrafo realiza un recorrido circular, entre la danza y la escritura, acompañado del piano violento y suave de Ryuichi Sakamoto.
La oscuridad abre y cierra esta pieza tan personal y bella; el cuerpo de Rubio Gamo se contorsiona, se robotiza, oscila entre la fluidez y la pausa, entre el silencio y el grito, la firmeza y el temblor, la danza clásica y contemporánea. Todo su cuerpo se mueve de un lado a otro. De pronto, un nuevo intento, un nuevo comienzo, desde otro punto del cuadrilátero.
Nada en escena. Solo un bailarín, sus movimientos, su sudor, su murmullo y su respiración, que se impone a la música por momentos. Un encuentro infinito con el espectador. Los cambios de iluminación nos permiten ver el cuerpo de otras maneras y crean imágenes bellísimas, íntimas, de extremidades y golpes de cabeza.
El segundo movimiento consiste en la lectura de textos, casi escritura; el bailarín, folios en mano, se mueve por el escenario y recita historias, situaciones, poesía de lo cotidiano, pero sin inflexiones, sin alma. El humor habita en cada sílaba que se alarga, se expira, se baila.
Habla de bibliotecas, de planes que no salen, de droga y noches locas y amor, del arte como cura. La lavadora, internet, el metro se convierten en un mundo por descubrir, en analogía de los pensamientos, del flujo de conciencia, de todas las ideas disparatadas que se nos ocurren. El cambio llega con las estaciones y, sin embargo, pasa y siempre es igual. En la repetición, ¿sabremos apreciar el paso del tiempo y actuar?
Ahora que no somos demasiado viejos todavía es una obra inquieta, es expresión en estado puro, pasional y fría, sobria y excéntrica, que engancha a partir del baile y hace reír con la palabra, con la obviedad, con un sentido del humor aplastante. Rubio Gamo muestra su sensibilidad y su manera particular de concebir el hecho artístico y la reflexión. Frescura, entrega y buen hacer.
Crítica realizada por Susana Inés Pérez
