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16.10.2019 Críticas  
La vida y el humor

Uno de los maestros del humor regresa a los Cines Callao de Madrid para deleitarnos con Es mi palabra contra la mía, un espectáculo cargado de sorpresas, asuntos habituales y juegos de palabras que proporcionan una tarde de auténtica felicidad.

Un hombre con gafas y un singular flequillo sale al escenario dispuesto a demostrar el motivo por el que es uno de los artistas más completos del panorama español: sabe combinar humor e ingenio como pocos. Luis Piedrahita estrena su nuevo espectáculo para analizar por qué nadie está contento con lo que le ha tocado aunque, siento llevar la contraria, yo estoy muy contenta de que me haya tocado ir a verte para poder hacer esta crítica. ¡Chúpate esa, Luis!

Reflexiones muy divertidas sobre los aspectos más absurdos de nuestro día a día que tienen como trasfondo la idea de que el humor mejora nuestra vida o, al menos, la hace más soportable. La ciencia no deja de encontrar claves para respaldar que reír mejora la salud y alarga la vida. Entonces, ¿crees que ríes lo suficiente? Desde luego los espectadores y espectadoras de Es mi palabra contra la mía no dejaron de hacerlo durante los 80 minutos que dura porque el ritmo frenético del espectáculo no permite que nadie se aburra en ningún momento.

La energía de este humorista –entre otras cosas- inunda el escenario y mantiene una trama de la que es mejor no saber mucho para sorprenderse lo máximo posible. ¡No desvelo más! Además, me sigue pareciendo admirable su capacidad de improvisación porque, de repente, comenzó a sonar una bocina procedente de la calle que interrumpía su monólogo y provocaba las risas del público y él, desplegando su imaginación e ingenio, incorporó el suceso a sus palabras e improvisó de la mejor manera posible para salir airoso de este contratiempo.

Acompañado por un taburete y una pantalla que va cambiando de color en la que proyectan algunas palabras para seguir su discurso, Luis Piedrahita demuestra su gran complicidad con un público entusiasmado y dispuesto a dejarse la mandíbula de tanto reír. No hacen falta más elementos, una escenografía sencilla pero eficaz y bien acompañada por un juego de luces que logra crear diferentes espacios.

¡Ah! Es mejor llegar a los Cines Callao con la suficiente antelación como para disfrutar de la original espera que este humorista nos tiene preparada. Avisados estáis.

Incluir humor en la vida mejora la salud, aporta numerosos beneficios físicos y mentales y, además, a un módico precio. ¿Hacen falta más motivos para ir a ver a Luis Piedrahita? Yo, una vez más, me declaro admiradora de este artista.

Crítica realizada por Patricia Moreno

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