Juan Diego Flórez llenaba esta semana el Palau de la Música de Barcelona acompañado por el pianista Vincenzo Scalera como fin de gira de su tour Universo Flórez. El recital estuvo enmarcado dentro del Ciclo Palau Grandes Voces.
Con un Palau de la Música Catalana lleno hasta los topes, la noche se preveía exultante y rebosante de alegría por parte de un público que estalló en aplausos cuando Juan Diego Flórez apareció sobre las tablas del Palau. El repertorio era el esperado para este tipo de recitales. Una primera parte basada en el Bel Canto, en el que el tenor Peruano es experto y cuyas interpretaciones le han otorgado su prestigio internacional, y una segunda parte más arriesgada y basada en Lehár, Bizet, Gounod y Verdi.
La primera parte del concierto, basada exclusivamente en Bellini y Donizetti fue un gran inicio para poner al público en escena a expensas de las arias más complicadas y disfrutables de la segunda parte del concierto. Efectivamente, es un experto en el Bel Canto y piezas como “A te, o cara” de la ópera I Puritani y “O di Capellio, generosi amici … È serbato a questo acciaro… L’amo tanto e m’è sì cara” de I Capuleti e i Montecchi; no decepcionaron al público. Gran acierto en escoger «Allegro io son» de la ópera Rita de Donizetti para finalizar una primera parte que nos dejó un poco fríos en repertorio.
Por otro lado, agradecimos absolutamente el genial repertorio de la segunda parte. Ahí, Flórez estuvo acertado. Empezando por las tres piezas de diferentes operetas de Franz Lehár, “Dein ist mein ganzes Herz” de Das Land des Lächelns; “Gern hab’ ich die Frau’n geküsst” de Paganini y “Freunde, das Leben ist Lebenswert” de Giuditta que nos mostraron una parte totalmente alejada de lo que estamos acostumbrados a disfrutar con Flórez. El gran acierto fue cuando llegó a las dos piezas de Bizet y Gounod, “La fleur que tu m’avais jetée” de Carmen y, sobretodo, “Salut, demeure chaste et pure” de Faust; donde pudo demostrar técnica, dicción y voz. Aun así, si tengo que señalar mi momento favorito de la noche fue con su interpretación de «Oh Dolore» de la ópera Attila de Giuseppe Verdi cuya aria dio sentido a toda la noche.
Por su parte, el maestro Vincenzo Scalera, a parte de acompañar magníficamente el concierto del tenor, interpretó una maravillosa «Méditation» de la ópera Thaïs de Jules Massenet. Preciso, a tempo, hipnótico. Unos de los momentos más mágicos de la noche.
Pero no todo fue el repertorio marcado, dado que al finalizar, Juan Diego Flórez apareció en escena para interpretar solo a voz y guitarra (tocada por él mismo) un total de 5 bises. Iniciando los bises con la fantástica interpretación de la canción popular napolitana «A Marechiaro», pasando por «Cielito lindo», «El Palmero», «Cucurrucucú paloma» y «Jura». En esta parte pudimos disfrutar de un Juan Diego Flórez más suelto y confiado mientras un público lo acogía al completo en unas interpretaciones jocosas (ya que en algunas olvidaba la letra) o hacía broma mientras apretaba entre los labios una rosa. Tras ello, tuvo que volver al piano con el maestro Vincenzo Scalera, ya que volvió a perderse en la melodía; algo que el público agradeció y entendió al ver su lado más cercano y cómico.
Tras tres saludos, el público se negaba a marchar del Palau de la Música Catalana y Flórez junto al maestro Vincenzo Scalera apareció en escena para realizar el último bis de la noche: «Nessum Dorma» de la ópera Turandot de Giacomo Puccini. Un broche de oro para una noche excelente.
Tras el recital de Juan Diego Flórez, de nuevo el Palau de la Música Catalana deja el nivel bien alto dentro de su ciclo Palau Grandes Voces. Un ciclo de alto nivel al que nos tienen acostumbrados y que seguirá el próximo miércoles 22 de mayo con la visita de Diana Damrau en un recital basado en el repertorio Lieder.
Crónica realizada por Norman Marsà