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08.10.2018 Críticas  
Perra de nadie: la complejidad de una mujer y de una vida

La Compañía Marta Carrasco inauguró el Festival Territorio Danza 2018 en la Sala Cuarta Pared de Madrid con su exitosa obra Perra de nadie. La coreógrafa, intérprete y bailarina Marta Carrasco llena el escenario ella sola con una sucesión de escenas de una estética singular repletas de contrastes, de colores, de luces y sombras y de complicidad con el público.

Se trata de un espectáculo muy personal en que Carrasco recrea los varios aspectos de su personalidad o sus varias caras, sus aristas y sus instintos más primarios a través del movimiento, a ritmo de ladridos y gritos, de fragmentos de ópera, de canciones de Jessie J y de Joni Mitchell. Todo un viaje, un desfile de pelucas, vestidos y telas, que culmina con la aceptación del físico y la sexualidad femenina.

Ante la sorpresa del público, Carrasco comienza la función en el patio de butacas; con atuendo de muñeca y movimientos robóticos muestra su cara más amable mientras saluda a los espectadores efusivamente y les agradece su asistencia. A partir de este momento, no deja de mirar al público, estableciendo una conexión emocional, que intimida, dejando que sus ojos hablen y confiesen sus sentimientos complejos y contradictorios, su enfado, su tristeza, su frustración, su curiosidad, incluso su rebeldía. Todo tiene cabida.

La protagonista se deshace de su atuendo de muñeca y se mueve alrededor de una silla y una mesa, mostrando su pelo suelto. Entonces se produce la magia. Consciente de que la observan, juega a (des)enmascararse ante los espectadores y ante ella misma. Carrasco nos regala escenas cómicas y dolorosas, de lucha contra ella misma y sus circunstancias, pone a prueba sus limitaciones heredadas e impuestas, por ella misma y por factores externos, privándose de los sentidos, revolviéndose entre telas carmesí o tratando de escapar.

A veces, parece imitar o querer ser un cuadro. Entre otros, destaca el momento en que cubre su cabeza con una venda y se mueve rígida, elegante, con su vestido color plata, examinando cada una de sus articulaciones, haciendo círculos en el aire, como si realizara movimientos precisos, inspirados en un ballet cortesano. En ocasiones, parece un maniquí, movido por la música. Su aspecto se asemeja a la de aquellos dos amantes retratados por el pintor René Magritte.

Perra de nadie es un espectáculo ecléctico que habla directamente a lo más profundo del espectador, que sintetiza las muchas maneras de vivir y sobrevivir. Carrasco crea un mundo alternativo, nos invita a entrar en su universo. Nosotros la acompañamos en ese viaje de (auto)descubrimiento. Y merece mucho la pena.

Crítica realizada por Susana Inés Pérez

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