novedades
 SEARCH   
 
 

26.04.2018 Críticas  
Viaje a Ítaca

El Maldà nos propone un viaje compartido con Llorenç González. Tocando al frente nace de la experiencia vivida tras su recorrido de un mes por Argentina. La necesidad de explicar y transmitir lo aprendido y lo sentido se convierte en un espectáculo en el que la comicidad y la emoción se entrelazan para mostrar el periplo que supone el autoconocimiento.

Un cronista tan documentado de su propio viaje como hábil para hacernos partícipes e interesarnos por la vivencia que nos está explicando. Junto a Íñigo Asiaín ha estructurado la dirección del espectáculo siguiendo un patrón parecido al de los distintos estados físicos y anímicos por los que transitamos durante un viaje de semejantes características. Una guía en la que aflorará la sorpresa, el miedo, la implicación y significación intrínseca con la naturaleza y los grupos humanos que nos rodean. La elección del título es una muestra muy significativa de la implicación de González, ya que lo toma prestado de una de las canciones que mejor expresan para él el tránsito por la vida. Uno de los clásicos del sertanejo brasilero, con autoría de Almir Sater y Renato Teixeira, que condensa muy bien el itinerario recorrido. “Cada uno busca componer su historia y cada ser en sí cargará con el don de ser capaz y ser feliz”.

Nos ha parecido especialmente destacable la espontaneidad con la que se introducen los distintos formatos, géneros y soportes. González es elocuente y desprende un carisma especial. Delicado e inquieto. La anticipación de esas personas cuyas tribulaciones martillean el cerebro a un ritmo bastante más rápido del que pueden expresar las palabras. Un recorrido a través de anécdotas, tangos (cantados y bailados), música y cuentos que muestra de un modo amable y cómplice el viaje que todos realizamos en algún momento para conocernos a nosotros mismos. El soporte fotográfico ilustra con todo lujo de detalles ese contraste entre los escenarios naturales y los urbanos y el intérprete marca el ritmo en función del lugar que nos muestra. El ajetreo de la ciudad (González se convierte por momentos en una detallada guía urbana parlante) con momentos más contemplativos y esencialmente cosmológicos. Reflexiones en voz alta que de un modo sutil muestran las disparidades y paralelismos sociales y culturales con respecto a nuestro aquí y ahora más inmediato.

La colaboración, especialmente musical, de Txema Cariñena viste muy bien a la propuesta. Tanto como las piezas de ropa del propio González que nos aclimatan al ambiente del lugar descrito en cada momento mostrando también sus alteraciones. Nos ha gustado el González narrador, el cantante y músico pero muy especialmente el escritor de cuentos, algunos fabulados, siembre fabulosos. La sensibilidad e imaginación que desprenden bien merece la visita. Despiertan en nosotros la necesidad de escuchar y recuperamos de un modo totalmente desacomplejado la figura del contador de historias (de la suya que al final es también nuestra).

Emociona ver cómo esa intuición suramericana que muchos tenemos (y que tan bien describe el actor-autor) trasciende la experiencia individual y sube a escena. Él ya la ha vivido. De lo que no hay duda es de que cuando la vivamos nosotros recordaremos y contrastaremos nuestras propias impresiones con las de González, convirtiéndose él en nuestro futuro compañero de viaje mucho más allá del espacio de la representación. Una suerte.

Finalmente, Tocando al frente se convierte en una velada que de algún modo retoma la literatura de viajes, esta vez en formato teatral. Un diario de a bordo en el que González se convierte en cronista de su propia historia. Un narrador que se muestra en todo momento cómplice con el público y tan elocuente como honesto y desinteresado. Una necesidad de explicar que transmite toda la pasión y entusiasmo ante lo vivido y que nos transforma en ilusionados compañeros de un viaje en el que todavía vive inmerso su protagonista: el de la búsqueda de sí mismo. Un recorrido tanto físico como mental. A Argentina o al espacio privilegiado en el que se convierte El Maldà mientras dura la representación. Un viaje a Ítaca.

Crítica realizada por Fernando Solla

Volver


CONCURSO

  • COMENTARIOS RECIENTES