novedades
 SEARCH   
 
 

09.02.2018 Críticas  
Un Shakespeare post-apocalíptico

La Seca Espai Brossa acoge la visita de Cia. Teatrebrik con Macbeth. Una de las piezas más complejas y oscuras de William Shakespeare que los de Banyoles afrontan con naturalidad aproximativa hacia el texto y con una puesta en escena valiente, arriesgada y decidida.

Joan Gómez dirige y adapta el texto a partir de la traducción de Salvador Oliva y, de este modo, se asegura una base sólida para trabajar con los intérpretes. En apenas hora y media se sintetiza el material original sin renunciar a desarrollar el argumento y la genealogía de estirpes y linajes que protagonizan el armazón dramático. Situar la acción en una especie de desierto post-apocalíptico donde prima la escasez de recursos básicos e imprescindibles para la vida humana, modifica la habitual dramatización de la manifestación psicológica de la ambición desmedida por el poder político. El peso de la nigromancia y de la representación del mal también adquiere un papel relevante al reforzar la presencia en escena de las tres brujas vaticinadoras.

Ellas nos recibirán cuando entremos en la sala entonando una versión acústica de “Creep” de Radiohead. No desvelaremos más sorpresas, pero los que conozcan la letra ya pueden adivinar por dónde irán los tiros. La selección musical aporta puntos de vista así como momentos de esparcimiento y está muy bien integrada en la dramaturgia, siempre reforzando el significado de lo que sucede en escena. En este sentido, el trabajo y la interpretación musical de Paula Vilagran, Neus Fernández y Mireia Pairó son destacables, así como la decisión de transformarlas en distintos personajes que interactúan con los protagonistas.

Siete intérpretes más, en total diez, dan vida a todos los personajes de la pieza y aunque aciertan en el tono y demuestran una interiorización del texto consistente, su acercamiento a los distintos roles es algo lineal e intercambiable entre los distintos personajes. El ritmo de la elocución es, quizá, demasiado apresurado. No es un tema de pronunciación, que está muy trabajada, sino de velocidad. Probablemente sea buscado, pero parece como si se tuviera prisa por explicarlo todo y algunas escenas, así como las transiciones de unas a otras, se desarrollan de manera algo escueta. Su trabajo corporal, asesorado por Los Corderos scl, en cambio, sí que favorece algo más la personalización de todos ellos, así como la ejecución que realizan y el aprovechamiento de todo el espacio. A destacar la estupefacción persistente ante su sino del Macbeth de Rafel Ferre y el ataque de locura musicado de Íngrid Calpe.

La escenografía de CanSeixanta y el vestuario y atrezzo de Nuri Tresserres y Anna del Barrio se convierten en las máximas señas de identidad de la propuesta y evitan cualquier tipo de convencionalismo en la adaptación o acercamiento al material de partida. Empezando por la disposición escénica y siguiendo por la diferenciación de los dos espacios principales: la escalinata y la arena. El uso de ventiladores y la utilización de distintos materiales y elementos consiguen unos efectos francamente deslumbrantes. Lo mismo sucede con la iluminación de August Viladomat y el espacio sonoro de Panxii Badii. Los cambios escénicos demuestran que una gran imaginación no conoce ningún tipo de frontera cuando se enfrenta las dimensiones concretas de un espacio escénico.

Finalmente, celebramos la visita la Cia. Teatrebrik, ya que con su aportación a Macbeth nos recuerdan que no está todo dicho en cuanto a adaptaciones teatrales se refiere. Cuando se parte del conocimiento del material original como base de una puesta en escena y se rehúsa a repetir clichés o puntos de vista, el resultado siempre resulta interesante y sugestivo.

Crítica realizada por Fernando Solla

Volver


CONCURSO

  • COMENTARIOS RECIENTES