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29.12.2017 Críticas  
Un concierto que se convierte en un clásico de peregrinación navideña

El pasado sábado, EnPlatea acudió al Auditori de Barcelona para disfrutar del concierto Una noche en Broadway con Andrew Lloyd Webber. Un concierto navideño de musicales bajo la batuta de Alfonso Casado y las composiciones de Lloyd Webber.

Debo remarcar que el concierto se realizó el viernes 22 y el sábado 23 de diciembre con un lleno casi completo en ambos días; cosa que confirma la pasión por el musical en nuestro país. La noche se preveía esplendida y así fue salvo en algunos momentos con problemas de monitores y microfonía para los cantantes, en primer lugar, y para el público en momentos muy puntuales; por ejemplo en la canción inicial.

Tras ello, y una obertura fantástica interpretada por la OBC que mezclaba varias composiciones de Lloyd Webber, la noche empezaba con Jesus Christ Superstar, interpretada a duo por dos grandes del musical, Gerónimo Rauch y John Owen-John. La canción fue un calentamiento hacía el público quién aun no había conectado con el espectáculo y que cambió su visión gracias a la interpretación de una canción potente que los arrastraba al mínimo nivel vocal e interpretativo que iban a poder escuchar.

Joanna Ampil interpretó seguidamente Unexpected Song, del musical Song and Dance, uno de los primeros musicales de Lloyd Webber en colaboración con Tim Rice. Una dulzura inquietante presagiaba lo que íbamos a disfrutar más adelante. Tras ello, apareció la intérprete que faltaba, Celinde Shoenmaker, quien nos dejó claro que lo suyo era ser la estrella del musical. Sus agudos y control vocal clásico dejaba al público boquiabierto en Wishing you were y Somehow here again de Phantom of the Opera; el musical de Andrew Lloyd Webber que más tiempo lleva en cartel en Broadway.

Y de fantasmas va la cosa porque seguidamente pudimos disfrutar del instrumental de The Coney Island Waltz, de Love Never Dies, musical continuación de Phantom of the Opera. Sin dejar de lado dos de los temas más importantes del espectáculo, ‘Til I hear you sing interpretado por Gerónimo Rauch y Love Never Dies, interpretado por Celinde Shoenmaker.

El clásico de los clásicos de Andrew Lloyd Webber no podía faltar. Cats hizo acto de presencia con el instrumental The Jellicle Ball y la maravillosa Memory, interpretada por Joanna Ampil.

Antes de llegar a la media parte, John Owen-John enamoraba a todos con Love Changes Everything, la canción inicial de Aspect of love y, para rematar, Gerónimo Rauch interpretaba Gethsemane de Jesus Christ Superstar, musical con el que llegó a nuestro país y que lo catapultó a ser una de las voces de nuestro panorama musical. No podía ser de otra forma, medio Auditori se levantó de su asiento para vitorear al interprete tras una actuación que nos dejaba la miel en la boca y 10 minutos de descanso.

Tras un café rápido, volvíamos a nuestros asientos para iniciar una segunda parte con el musical Evita. Pudimos disfrutar de Requiem for Evita y Don’t cry for me Argentina, obviamente interpretada por Celinde Shoenmaker. Le siguió el Entr’acte del musical Sunset Boulevard, la canción que da nombre al musical interpretada por John Owen-John y el clásico As if we never said goodbye, en la voz de Joanna Ampil.

Como no podía ser de otra manera, Alfonso Casado vuelve a Phantom of the Opera para regalarnos junto a la OBC el Entr’acte instrumental, Masquerade y un dulce, controlado y sentido The Music of the night en voz de John Owen-John. Finalmente, los cuatro en conjunto, cantaron Any dream will do de Joseph and the Amazing Technicolor Dreamcoat.

La noche de musicales había acabado pero el público no iba a irse sin escuchar los bises que esperaba. Así, los 4, repartidos en dúos, interpretaron la canción principal de The Phantom of the Opera, el conocido Amigos para siempre que Lloyd Webber creó para las olimpiadas Barcelona ’92 y, dado que el concierto se realizó en puertas de las fiestas navideñas, no faltó el villancico; Oh Holy Night. El cual sonó de una forma deliciosa y perfecta para finalizar la noche.

La noche se convirtió en un Broadway típico. Lo más conocido de Andrew Lloyd Webber resonó en el Auditori de Barcelona para empezar la navidad con buen pie y contentar a los fans del musical, quienes al salir, pedían que Phantom of the Opera volviera de una vez a nuestro país. ¿Alguien escuchará está petición? De momento, nosotros pedimos que el Auditori siga programando este tipo de espectáculos. Llenos hasta la bandera. Como la próxima proyección de West Side Story en el mes de Enero; la cual no nos vamos a perder.

Crítica realizada por Norman Marsà

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