La amistad es un tema recurrente en cine, literatura, música y teatro. Sin embargo, no por eso deja de ser un tópico atractivo y del cual nunca nos cansamos. Amelia Bullmore escribió “Di and Viv and Rose” (Les noies de Mossbank Road) para volver a hablarnos de ello y ahora se puede disfrutar de su dramaturgia con el montaje que presenta Sílvia Munt en La Villarroel.
Bullmore utiliza a estas tres chicas para contarnos unas vidas donde además de la amistad como hilo conductor, se habla de amor, sexo, adolescencia, relaciones familiares complicadas y donde hacemos un viaje en el tiempo de unos 30 años junto a las tres protagonistas.
Di, Viv y Rose se conocen en la universidad y deciden compartir un apartamento en Mossbank Road. En ese momento arranca la relación de tres mujeres de diferentes personalidades, inquietudes y antecedentes que durará hasta la edad adulta. Esa amalgama de diferencias no impedirá que los lazos que que se forjan en Mossbank Road continúen a pesar del tiempo y la distancia.
Posiblemente una de las cosas que más gusta de esta dramaturgia es que, de la misma manera, amalgama comedia y drama tornando carcajadas en lágrimas. Vamos, como la vida misma. Así que es imposible que en una o en varias escenas uno no se sienta identificado con alguna de las chicas o con alguna de sus vivencias.
Marta Marco es la bohemia Di, Cristina Genebat es Viv, la intelectual y Clara Segura la idealista Rose. Ellas son las que pasarán de ser unas jovencitas y alocadas estudiantes de los 80, experimentando las responsabilidades de la post-adolescencia a tener que vivir en primera persona las dramáticas situaciones que azotan a veces nuestras vidas. Altos y bajos que las harán más fuertes, las unirán más pero que también harán tambalear su preciada relación.
Silvia Munt ha elegido a este elenco de lujo sabiendo que eso le garantiza gran parte del éxito que ya está teniendo dentro de la programación teatral barcelonesa. Es cuanto menos curioso asistir a ese proceso de crecimiento físico y emocional de las muchachas y, aunque al principio se podría hacer chocante ver a tres actrices adultas interpretar a adolescentes, en seguida nos acomodamos a ese apartamento así como al interior de sus vidas.
Lo demás, hay que vivirlo. Les noies de Mossbank Road va “in crescendo”. Te va enganchando poco a poco y te conduce de la luz a la oscuridad con un trasfondo absoluto de comedia. Las tres actrices brillan en sus interpretaciones, que son indudablemente creíbles, a pesar de las evidentes dificultades de tener que mudar 30 años en menos de dos horas. Pero se percibe, se huele en el ambiente, que es una obra con dramaturgia firmada por una pluma femenina, interpretada por tres mujeres y dirigidas por una mujer. Y eso, las mujeres del público lo agradecemos, porque está más que bien saberse entendida en más de una ocasión.
Además del trabajo actoral y de dirección, hay que felicitar a Enric Castell por una escenografía fija (como la amistad que las une) pero que nos transporta a diversos lugares como a una estación de tren o al propio Nueva York gracias a los brillantes audiovisuales de Raquel Cors y Daniel Lacasa.
“Estoy tan emocionada, y no puedo esconderlo. Estoy a punto de perder el control y creo que me gusta. Estoy tan emocionada, y no puedo esconderlo. Y sé, yo sé, yo sé, yo sé, yo sé que te quiero”. Así reza el estribillo del tema “I’m so excited” de The Pointer Sisters con el que arranca Les noies de Mossbank Road y con el que finaliza. Creo que es un más que apropiado estribillo para describir el sentimiento cuando abandonas la sala después de terminar la obra. Estás emocionada, no quieres esconderlo y has terminado enamorándote de Viv, Rose y Di.
Crítica realizada por Diana Limones