Produït per H.I.I.I.T estrena Fantàstic Funeral Festiu en el Teatre Tantarantana de Barcelona. Un montaje donde una madre (Rosa Vila) y dos hijas (Laura Daza, Clara de Ramon) ven peligrar su negocio de una funeraria porque la muerte ha muerto. Desesperadas, deberán idear un alocado plan para salvar el negocio familiar. La obra está escrita y dirigida por Roger Torns.
La compañía Produït per H.I.I.I.T nos presenta, por primera vez (y esperemos que no última) una ficción con regusto a comedia. Fantàstic Funeral Festiu nos presenta un inicio de un mundo donde nadie muere. ¿La razón? La misma muerte ha muerto. Ahora, una madre (Rosa Vila) y sus dos hijas (Laura Daza, Clara de Ramon) dueñas de una funeraria, deben evolucionar y cambiar su modo de vida y sustento. La funeraria no tiene sentido si nadie muere. Su madre, quiere crear un nuevo museo, el museo de la muerte. Con ello, podrían seguir viviendo pero, sus hijas, no lo tienen nada claro. Es entonces cuando deberán idear un alocado plan para salvar el negocio familiar.
Roger Torns nos presenta una dramaturgia complicada de escenificar. Un texto sesudo que, como espectadores, hace trabajar nuestra cabezas desde su inicio. Queremos entender qué ocurre en escena pero las informaciones no están claras (ya que todo se sobreentiende). Torns nos hace partícipes de un juego escénico que en ocasiones dice más de lo que muestra. Un juego que funciona muy bien para el despiste del espectador y que le da ese punto de comedia gamberra con el que, parece, empieza a jugar.
Las finas interpretaciones de sus protagonistas ayudan a que el texto se engrandezca aun más. Rosa Vila, en el personaje de la madre, pone el punto de seriedad y madurez con un personaje que quiere adaptarse a los tiempos que vienen. Tiene claro que esta etapa ha finalizado, pasemos a otra. Por su parte, Laura Daza y Clara de Ramon, las hijas, sufrirán por el cambio. Como si de una montaña rusa se tratara, sufrirán por el futuro incierto, lloraran la perdida y, en algún momento, deberán asumir que el cambio es inevitable. Las tres actrices muestran sobre las tablas del Tantarantana todo su potencial cubriendo desde el drama a la comedia, pasando por el musical, para exponer todos estos sentimientos que, mezclados dentro del cóctel de la productora, acaban convirtiéndose en una fiesta llena de luz y esperanza.
Mención especial a la escenografía de Albert Ventura quién, con muy poca cosa, crea una visual muy funcional mezclando la sobriedad de un tanatorio con un interesante contraste de los colores; y al vestuario de Núria Milà quien nos presenta un vestuario algo infantilizado para las hijas que nos recuerda a la pureza de los vestidos de comunión y una sofisticación ya asumida en el vestuario de la madre. Ambos trabajos ayuda a acentuar ese referente kitsch que tanto nos fascina y que envuelve a la obra.
Fantàstic Funeral Festiu es una obra que engancha y que hay que aprender a leer entre líneas. Un canto a la vida, a los nuevos retos, a tirar hacia delante aunque todo parezca que se nos viene en contra. Una alegoría a… bueno, ya sabes… aquello.
Crítica realizada por Norman Marsà
