Una obra maestra. Un clásico entre los clásicos, bella y elegantemente presentado, mostrando el máximo respeto por su autor y por el público. Así definiría yo EL REI LEAR, la versión de esta tragedia de Shakespeare que actualmente está en cartel en el Teatre Lliure.
Para que algo salga prácticamente perfecto, no se pueden tener en cuenta única y exclusivamente uno o dos factores del conjunto. Más bien, por causalidad o con intención, tienen que reunirse el máximo número de factores positivos para que el resultado del conjunto sea excepcional. En el caso de EL REI LEAR, me consta que Lluis Pasqual, su director, no ha dejado nada al azar, sino que a la hora de plantearse este proyecto, se sentó y calculó que todos los elementos de la ecuación fueran los necesarios para conseguir el mejor resultado.
Con estos factores me refiero a la sala del Teatre Lliure, que ya de por sí, por su originalidad (con el escenario a modo de pasillo entre los dos patios de butacas) hace especial cualquier representación. Hablo de actores de la talla de Nuria Espert, Ramón Madaula, Miriam Iscla, Julio Manrique o David Selvas, por mencionar sólo unos cuantos nombres de todo el fantástico elenco. O del acierto al elegir la música, el vestuario o la puesta en escena.
Todos y cada uno de los detalles colaboran a que casi durante las 3 horas que dura la función uno se quedé pasmado, ojiplático; que la admiración vaya creciendo a medida que uno se hace con el entorno, los personajes y el guión.
Pasqual se ha apegado completamente al original. Una historia que nos habla del amor filial, de la traición y la lealtad, de las consecuencias de nuestros actos, y de las partes más grandes del ser humano y a la vez de sus mayores bajezas. Pero también se ha permitido las licencias que le confieren personalidad propia a la obra. Por ejemplo, un REI LEAR representado por una mujer, la gran Espert, que es uno de los regalos de la función. Un vestuario atemporal, en el que en momentos parece realmente de la época, en otros nos recuerda a principios del siglo pasado y aún en otros parece totalmente contemporáneo, pero en todo momento en harmonía y sintonía con la obra y el entorno. O algunos momentos musicales que no esperas en absoluto, como algunos de los solos del bufón del rey (que en este caso también es mujer, y que interpreta Teresa Lozano).
Evidentemente, en toda obra, uno acaba teniendo preferencia por algún actor en particular o se siente más apegado a alguno de los personajes. EL REI LEAR es una obra de gran formato con actores de primera línea y eso dificulta que uno pueda elegir a alguien que destaque. Honestamente digo que todos, todos los actores están espléndidos, pero no puedo evitar destacar el papel de la Espert, que a sus 80 años te sigue dejando con la boca abierta, el de Madaula en el papel de Conde de Kent, o mi debilidad, un extraordinario Julio Manrique en el papel de Edgar, haciéndose pasar por mendigo loco.
Antes hablé de este como un proyecto casi perfecto y por ser tiquismiquis solo diré que la única cosa que eché en falta fue un sonido más alto y claro en algún momento de la función. Pero también he decir que eso no hizo que se perdiera el hilo argumental de toda la obra. No extraña pues, que este año tuviera 8 nominaciones en los Premis Butaca 2015 que se celebraron el mes pasado y que de esas, 4 se convirtieran en premios.
En este proyecto se ha querido ofrecer, se ha querido dar lo mejor. Y eso se ha visto plasmado en el resultado. EL REI LEAR es la adaptación de una tragedia clásica que se ha convertido en lo que, para mí, ya es una obra maestra que pasa a la historia del teatro catalán.
Crítica realizada por Diana Limones
