Llega a Nave 73, después de un exitoso estreno en Barcelona, Masticar Hielo, adaptada y dirigida por Marc Ribera, para contarnos la historia de este matrimonio y cómo se enfrentan a su existencia en común, tras un traumático evento, del que quieren hacer partícipes a sus invitados.
Jorge y Martha, invitan a Nick y Nuna a tomar una copa, después de la inauguración de la obra de esta última. Jorge y Martha les hacen partícipes de su perversa dinámica de pareja, y les tienen preparados toda una noche de juegos de preguntas y respuestas.
Libre adaptación de ¿Quién Teme a Virginia Woolf? de Edward Albee, la compañía El Eje, con Marc Ribera a la dirección de este Masticar Hielo, propone una revisión llevada al mundo del arte y con dos parejas que no distan tanto en edad como en el original.
Mar Pawlowsky como la volátil y desquiciada Martha, mantiene la actitud provocadora y extrema durante toda la función hasta la catársis final de su personaje, que se rompe en mil pedazos. Eric Balbàs es el alcohólico y emasculado Jorge que da por perdida la batalla sin fin contra una mujer que le desprecia y le veja, cuyo antídoto es buscar el fondo de una botella, aunque sea de whisky del malo.
El Nick de Jordi Samper es el personaje que tiene una evolución sin sobresaltos y su menos es más, se agradece ante tanta voz alzada. A la candidez de Nuna, en el cuerpo de María Hernández le echo en falta una transición, ya que pasa de cero a cien en un sorbo, y aunque está divertidísima como artista naif entregada a la diversión, a su comedia le pedía algo más.
Quizás esta no ha sido la mejor función de Masticar Hielo, porque la energía del equipo dista mucho de esa oda a la trasgresión y a la magnífica sensación que mi compañero Fernando Solla expresó por aquí, en su estreno en Barcelona, y le envidio, porque el proyecto tiene casi todo lo que le pido a un montaje teatral: juventud comprometida, mala leche, desnudos, y eyaculaciones (aunque estas escansean en escena). No obstante las ganas, el buen hacer y la novedad y frescura de la propuesta, están ahí, y espero que las fechas que les quedan por delante, el público se acerque con tantas ganas como las mias al sentarme en la sala.
Crítica realizada por Ismael Lomana