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12.09.2017 Críticas  
Fira Tàrrega (III): Bologna: Pasolini y Gold Dust Rush

Durante nuestra tercera jornada en Fira Tàrrega 2017 la danza ha jugado un papel predominante. Dos de los espectáculos que hemos visto nos han hecho viajar a lo más profundo de nuestro subconsciente para provocar una potente catarsis final. Es complicado discernir entre el cúmulo de sensaciones que en un momento han revolucionado nuestra capacidad de discernimiento.

Bologna: Pasolini – Brillante coreografía de un asesinato anunciado

La Veronal nos ofrece una excepcional puesta en escena de los últimos momentos de vida de Pier Paolo Pasolini. El asesinato del cineasta y escritor se recrea de una manera en que la perspectiva del espectador será distinta en función del lugar que ocupe. En cualquier caso, nos convertirá en testigos de excepción mostrándonos una situación tan de frente que será imposible mirar hacia otro lado. Tanto en sentido literal como figurado.

Marcos Morau ha dirigido Bologna: Pasolini con un dominio excepcional de todos los factores que intervienen en la puesta en escena. Todo va dirigido a que cada espectador interiorice y absorba toda la poética y la manifieste físicamente. La escenografía se reduce a un espacio circular vacío con un flamante Alfa Romeo en el centro. En el interior dos de los intérpretes desarrollarán la parte textual del espectáculo de una manera sublime. Previamente, a los espectadores se nos habrán entregado unos auriculares a través de los cuales podremos escuchar tanto la banda sonora reproducida en el interior del coche, plagada de clásicos italianos, como los golpes secos de las puertas o del maletero al abrirse o cerrarse.

De este modo, se evocan un mundo y una artista que ya no están pero en el que nos podemos reconocer desde un primer momento. La fuerza de la palabra de Pasolini llega e impacta, musculando considerablemente la dramaturgia. La creación de la coreografía en conjunto entre Morau y los integrantes de la compañía amplía el sentimiento de pertenencia tanto de artistas como de público. La música de trompeta en directo convierte el espectáculo en una suerte de balada tristísima y descorazonadora. La utilización del espacio, integrándolo en la función es tan inusual como brillante.

Alice Bariselli, Laia Duran, Lorena Nogal, Marina Rodríguez, Manuel Rodríguez, Diego Tortelli y Sau-Ching Wong realizan un trabajo excepcional. Cómplices unos de otros, sobresalen tanto a nivel individual como formando compañía. Una coreografía nada sencilla pero que ejecutan con una fortaleza.y robustez considerables. Contando con sus cuerpos “la” historia y transmitiéndonoslas con cada movimiento.

A destacar de nuevo el gran dominio y uso que se hace del espacio y la calidad y perfección en el tratamiento de todos los elementos que intervienen. Transformar el espacio sonoro en la voz de Pasolini resulta una gran idea, es algo que no está al alcance de cualquiera. Un retrato de un país del que nos sentiremos parte mucho más allá del caso concreto que se está explicando. Bologna: Pasolini es un trabajo apasionante que sin duda, se ha convertido en una de las joyas de Fira Tàrrega 2017.

Gold Dust Rush – Periplo lumínico y sonoro desde lo intangible a la fisicidad más absoluta

Eulàlia Bergadà se apodera de la reiteración como recurso expresivo y convierte el movimiento en su máxima representación artística. Con Gold Dust Rush nos ofrece un espectáculo que se recibe con extrañamiento pero siempre con interés y atención. Una pieza con gran carga alegórica y, sin embargo, con una coherencia interna y narrativa muy potente.

La dramaturgia opta por una coreografía plagada de movimientos geométricos y repetitivos para mostrar lo delirante que puede llegar a ser un proceso creativo, tanto en positivo como en negativo. Una obra en la que el vestuario de Joan Martí adquiere gran relevancia tanto por las formas como por su cromatismo. Por dotar y mostrar a la vez la forma a y de los cuerpos. Un gran acierto estético resulta que se utilicen el mismo diseño de piezas para el elenco femenino como masculino.

La iluminación de Rafel Febrer se combina a la perfección con la escala de colores y se centra en mostrar los claroscuros de un modo que consigue que asimilemos de manera psicosomática lo que sucede en escena. Durante el segundo tramo de GOLD DUST RUSH su trabajo trasciende hasta crear unas imágenes muy potentes, tanto a nivel estético como de contenido.

En última instancia, el trabajo de todos los intérpretes es el que consigue que la coherencia y adecuación entre todos los elementos que intervienen se convierta en una realidad. Tanto Bergadà, como Marina Fullana, Roberto Gómez y Raquel Klein nos cautivan e hipnotizan con la combinación y coordinación entre cuerpo, movimiento y espacio muy bien conseguida. Transmiten con una poética asertiva toda la confusión del estado anímico que quieren reflejar sin confundir nunca al espectador.

La presencia de Aloma Ruiz en escena se integra muy bien con la de sus compañeras. Si bien es cierto que los movimientos de la plataforma en el que se sitúa puede resultar algo extraña, la efectividad de su trabajo en todos los registros musicales que se utilizan elevan considerablemente las connotaciones expresivas y estéticas de Gold Dust Rush. Un trabajo muy a tener en cuenta.

Crítica realizada por Fernando Solla

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