TORTUGUES: LA DESACCELERACIÓ DE LES PARTÍCULES, la comedia revelación de la temporada pasada en la Sala Flyhard, se repone ahora en el céntrico Club Capitol hasta el 19 de junio. Una comedia romántica original y con unos protagonistas redondos, adaptada al espacio del Capitol sin que pierda ni un ápice de su frescura y dinamismo escénicos.
TORTUGUES supuso la carta de presentación en el panorama teatral barcelonés de su autora y directora, Clàudia Cedó. Con esta obra ganó el Premi Butaca al mejor texto teatral en 2015, año en el que ganó también el V Torneig de Dramatúrgia Catalana en el Festival Temporada Alta.
Los protagonistas de esta obra son dos parejas muy distintas entre sí. Los unos, Òscar y Àgata, son científicos y viven por y para su trabajo, sus descubrimientos, sus avances, y ese es el motor de su vida y de su relación. Los otros, en cambio, Joan y Marta, deciden dejar la ciudad para ir a vivir a una zona más rural y tranquila, para tomarse la vida con más calma, aprovechando que él va a trabajar como contable en el laboratorio de la anterior pareja, y que esta les ha alquilado su casa a un precio irrisorio con la única condición de que no toquen las cosas que han dejado allí hasta que ellos mismo pasen a recogerlas. Poco más puede decirse sobre el argumento sin desvelar las sorpresas de las que está repleta la obra.
Clàudia Cedó demuestra su capacidad creativa con unos personajes bien definidos y un buen texto sobre el que desarrollarlos, con una idea original suculenta a la que sabe sacarle partido y mantener al espectador atento e intrigado, a la vez que divertido. Y no solamente eso, sino que prueba también sobradamente su manejo del espacio y el ritmo teatral, y su precisa dirección, cuidando del más mínimo detalle con pequeñas ideas que hacen grande el montaje, como la ocurrencia de los títulos de créditos, por ejemplo.
Esta tendencia se hace extensible al resto de elementos de la puesta en escena, desde el vestuario –sutil pero brillante el “oscurecimiento” de las batas de los científicos; más que ilustrativos los pijamas de Joan y Marta–, diseño de Iztok Hrga, hasta la música, creación de Àlex Torío, pasando por la escenografía de Elisenda Pérez o por el enmarcado Carles Canut en el papel del físico polaco Johann Felmer Goleman.
El montaje, no obstante, se ve reforzado por un magnífico Dani Arrebola en su versátil papel del neurótico amante de las tortugas Joan, por la más que convincente, tierna y amorosa interpretación de Clara Cols como Marta, y por el trabajo también de Àlex Brull y Alícia Puertas como los ambiciosos Òscar y Àgata. El reparto es muy acertado, igual que su dirección actoral por parte de Cedó, que los convierte en personajes totalmente vivos y creíbles.
La escena final rebosa, por un lado, talento escénico en el manejo del tiempo y de su representación, y, por otro, un amor y una ternura infinitos. Es, además, una escena totalmente acorde con el resto de la obra, porque TORTUGUES trata precisamente de esos dos grandes temas: el tiempo, en su sentido más amplio (desde el tiempo de vida hasta cómo nos organizamos el tiempo en nuestro día a día, el que nos falta, el que nos sobra, el que perdemos,…), y el amor (a tu pareja, al trabajo, a los animales,…) y lo que cada uno está dispuesto a hacer por ese amor. Todo en una obra moderna, ingeniosa, original y muy bien elaborada en su conjunto.
Crítica realizada por Esther Lázaro
