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20.06.2023 Música  
Sónar de Día sube el nivel y nos da la mejor fiesta nunca vista

El 30 aniversario de Sónar ha sido espectacular. Nos hemos encontrado un Sónar de Día totalmente renovado que ha hecho que por 4 días consecutivos nos mudemos Fira Barcelona para bailar, comer y experimentar con una selección musical de lujo y los mejores profesionales.

Llegamos al Sónar y entramos con ansia al SonarVillage pero nos quedamos sorprendidos con la nueva ubicación del escenario y la carpa que protegía la pista de baile. ¡Y qué alivio! El sol nos encanta pero pica y disfrutar del festival con sombra y algo más fresquitos es un auténtico lujo. La zona VIP, totalmente ampliada, la situaron al lado contrario del escenario con una parte elevada para poder bailar y ver el escenario ¡una idea genial! pues mientras te tomas un respiro puedes seguir con el hype del escenario y la pista mientras recargabas pilas.

Hace poco te hablamos de la Project Area, la situaron en el lugar de siempre pero redistribuyeron los espacios ligeramente con luces más tenues para entrar en el rollo del +D. Hasta fuimos testigos de una jam con sintetizadores modulares.

¿Y dónde estaban los food trucks? La zona de comida se trasladó dentro del pabellón en una zona especializada y llena de mesas para poder comer frescos y relajados para coger fuerza y salir a la pista de nuevo.

Sónar se caracteriza por ser un festival inclusivo y este año hemos encontrado baños mixtos y otros en los que, aunque estaban separados, incluían la palabra no-binario en ambos baños. Un aplauso también por las rampas elevadas en escenarios como el SonarHall para las personas con movilidad reducida, pues en algunas salas es difícil acceder a las primeras filas y poder ver el espectáculo es importante para todos.

Y es que es un festival donde las personas se sienten más ellas mismas que nunca y eso se demuestra con la variedad de outfits y colores con sus correspondientes complementos. Una gozada ser testigo de ello. Pero si te faltaba algún detalle siempre podías pasarte por el stand de TOUS y ponerte unas extensiones de colores, unos tattoos o pintarte las cejas de colores.

El stand de Lacoste tenía unos cojines estupendos para relajarte y refrescarte con los ventiladores de sus paredes y el de Meller buscaba las gafas perdidas que, al entregarlas, tenían un premio desconocido hasta por sus empleados. ¿Y dónde estaban las gafas? ni se sabe, escondieron algunas por el festival pero nosotros lo logramos encontrarlas.

Hubo todo tipo de música, Sabrina Bellaouel eclipsó el SonarHall con su moderno R&B y sus atronadores bajos que hacía que te vibrara todo. Su voz melodiosa, armoniosa, fina y aguda dejaba callado a todo el que la escuchaba. Sabrina nos explicó, con mucho carisma todas sus canciones. Su corista la acompañaba a los sintes y de repente sus voces se multiplicaron y sonaron con reverbs y delays pronunciados. Ella movía los brazos como si con sus propias manos controlaran las voces. En una de sus últimas canciones nos habló de una guerrera y los gritos de la canción lo hicieron evidente conjuntándolas con movimientos como si lanzara flechas. ¡Se llevó el público de calle!

700Bliss, el duo de rap noise, partió el SonarPark. Una de las chicas pinchaba los temas y la otra era la speaker que rapeaba y animaba al público jugando con atronadores efectos de voz con un pedal de distorsión. Iban de voces angelicales al mero infierno on el hardcore. ¡Hasta sacaron una caja china para darle otro toque a la percusión!

El SonarPark fue lugar de experimentación con este típo de ritmos, pero también hubo música urbana. Albany puso la pista a perrear cantando sus canciones cargadas de reggaeton y autotune. La gente se sabía las canciones y le hacían corrillo sin dudarlo.

LEÏTI se hizo con el Park a ritmo de trap y reggaeton paseando por el escenario como si fuera su casa mientras los bombos rebotaban en nuestros pechos.

Los lives del Village estaban brutales, pues Charlotte Adigéry y Bolis Pupul llenó de groove el Village. Un sonido supernoventero lleno de impresionantes agudos y unos falsetes de miedo. Su estética plateada iluminó el escenario y el saxofonista nos dejó con la boca abierta.

Grove iban con unos ritmos muy similares a los de 700Bliss pero con más breaks y Drum’n’Bass y cantando al puro estilo dancehall.

Crystal Murray creó muchísimo hype cantando y rapeando con la banda en directo, ¡no faltaron los sintes!

Unos de los favoritos de este año eran los shows de Ryoji Ikeda y Max Cooper. Ikeda desarrollo su set de IDM con una progresión lenta pero sin pausa, música electrónica exquisita con una visuales de escándalo que te transportaban de la Matrix. Noizecore y visuales espaciales. En cuanto a Cooper llevó un rollo similar convirtiendo el SonarHall en un lugar de carreteras infinitas, álgebra y quantum computing mientras llovían sintes e IDM con breaks.

El Stage+D estuvo también lleno de actuaciones y no pudimos pasar por alto a Mans O con su show visual de IA en el que le vimos moverse al ritmo de la música mientras en las pantallas laterales de la pista se le veía dibujado con 4 líneas a lo niño de jardín de infancia. En la pantalla trasera, sin embargo, le veíamos cambiar de ropa y de gadgets. ¡Un show muy entretenido!

Daito Manabe no se quedó nada atrás y nos deleitó con druma’n’bass, liquid drum’n’bass y breaks mientras sus visuales los invadían con robots en kimono, erizos gigantes y hasta un super hombre en la nieve.

Uno de los shows más tops del Sónar de Día fue en el SonarHall de la mano de Alba G. Corral y Carles Viarnès. El pasado año disfrutamos del hiperórgano del Palau Güell, en esta ocasión Carles Viarnès y el artesano de hiperórganos Blancafort nos los trajeron al SonarHall. En un ambiente íntimo disfrutamos de dos hiperórganos controlados por los sintes de Carles, un universo muy emotivo que cautivó y emocionó a todo el público. Los visuales De Alba fueron perfectos para la ocasión con su abstracción y minimalismo.

Los dj sets del Village una locura. Manuka Honey nos esperaba en el Village con electrónica y ritmos latinos, mucho dancehall y otros ritmos africanos. ¡Hasta puso playero! Ese antiguo estilo centroamericano similar al Dembow pero renovado y con un potente bombo electrónico. Ella iba con mucho flow, su vestido tejano acordonado por los laterales era ideal para bailar desde el escenario y poner la pista del revés.

Toccororo subió los bpms volviendo a la gente poquísima con hardcore, toques urbanos y la Shakira retumbando por los altavoces. La verdad que la gente estaba muy activa y fue perfecta para el Village.

2Manydjs y Tiga la liaron parda al empezar de la manera más épica que hay, acelerando el Bizcochito de Rosalía. La gente cantando y bailando como si les fuera la vida.

Los reyes del Village fueron los Black Coffee y The Blessed Madonna. Black Coffee cerró el viernes con mucho groove y un fiestón importante.

The Blessed Madonna se subió al escenario con todo su piquete. Desde sus gogós galácticas, amigos y amigas… toda una fiesta en el escenario bailando un houseo elegante y con mucho gusto. Sin duda la dj más aclamada del Village en tres días intensos de fiesta sin parar.

El Sónar no duerme desde que empieza a que acaba y hoy te hemos traído el Sónar de Día ante tus ojos con las mejores experiencias que pudimos vivir.

Crónica realizada por Nina Delgado

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