Ópera de Tenerife finalizó la temporada en el Auditorio con Tannhäuser, poema sinfónico en tres movimientos para coro y gran orquesta basado en la ópera de Richard Wagner. Esta obra adaptada por el maestro Pedro Halffter contó sobre el escenario con el Coro Ópera de Tenerife-Intermezzo y la Orquesta Sinfónica de Tenerife.
El argumento de ésta ópera se centra en Tannhäuser, un caballero y trovador que disfruta de los placeres carnales en la morada de Venus, donde vive seducido por la diosa. Al regresar al mundo de los mortales y a su amada Elisabeth, se descubre que es un deleznable pecador y para evitar su ejecución acude a Roma para obtener el perdón del Papa. Al ser este perdón denegado, Elisabeth entrega su vida a favor de la redención de él.
En el aspecto musical, esta es una de las obras más exultantes compuestas por Wagner, tanto a nivel sinfónico como coral. Contiene pasajes soberbios de una enorme riqueza. En su adaptación, Pedro Halffter, prescindiendo de las voces solistas, resaltó y dio relevancia a la parte coral, hecho que enaltece aún más esta obra. Sobre la tarima Halffter fue absolutamente brillante. Su interpretación de Tannhäuser fue fiel a la visión original de Wagner combinada con su propia visión artística. Los gestos de Halffter fueron expresivos y precisos, aunque hubo momentos en los que pecó de comedido. Su habilidad para mantener la cohesión del conjunto mientras permitía que brillaran las voces corales fue elogiable.
Por su parte, la Orquesta Sinfónica de Tenerife demostró de nuevo su ya característica destreza técnica y sensibilidad musical bajo la dirección del maestro. El sonido rico y matizado de la orquesta nos transportó al mundo de Tannhäuser. Con una cuidadosa atención a la dinámica y al equilibrio, consiguieron crear un fascinante espectáculo sonoro.
Sin duda quienes más destacaron fueron los componentes del Coro Ópera de Tenerife-Intermezzo. Lo que logran junto al gran trabajo de su directora Carmen Cruz en cada representación es impresionante. La potencia de sus voces y su impecable amalgama coral, nos pusieron los vellos de punta en más de una ocasión. Su precisión colectiva fue verdaderamente notable, realzando el impacto dramático de la pieza. A destacar el impresionante momento final donde se relata la redención del protagonista, cuando el coro unió fuerzas con la orquesta, creando un clímax totalmente estremecedor que mostró todo el poder de la orquesta y las voces.
El cierre de la temporada de Ópera de Tenerife fue una experiencia musical inolvidable. Hecho que quedó patente por la gran y larga ovación de un público en pie. El talento excepcional de todos los integrantes creó una sinergia que dio vida a la composición de Wagner de una manera verdaderamente notable. Sin duda, el buen sabor de boca que nos dejó esta actuación nos ayudará en la larga espera hasta que comience la nueva temporada.
Crítica realizada por Celia García