Debuta en el Teatro Real de Madrid el contratenor de moda: Jakub Józef Orlinski. Este joven polaco que acumula seguidores en Instagram y que revoluciona el barroco con un virtuosismo que solo tienen los grandes, está llamado a ser uno de ellos. Una velada inolvidable.
No era su primer recital en Madrid, pero si su puesta de largo en el Real. Avalado por la crítica nacional e internacional y por una fulgurante y rápida carrera, este joven que es capaz de bailar break dance y acto seguido entonar las más bellas piezas del barroco mas exigentes, por fin ha pisado las tablas del templo madrileño de la ópera. Con una juventud desbordante y derrochando una simpatía entrañable, el polaco ha seducido al respetable y entregado público que llenaba el Teatro Real de Madrid.
Había expectación y curiosidad entre los asistentes. Para muchos iba a ser la primera vez escuchando al contratenor promesa. No han sido necesarias más que unas primeras notas para saber que la noche no iba a decepcionar. Con un repertorio exquisito ha conseguido esos reverenciales silencios que denotan las noches especiales en el Real. Cuando no se oye ni respirar y nadie se mueve ni carraspea, entonces es que se está produciendo la magia. Silencio sepulcral durante las dos horas de recital.
Interpretando piezas de Davide Perez, Johann Joseph Fux, Zelenka y, incluso, llegando a Händel; Orlinski ha hecho literalmente vibrar al Real. Tiene el contratenor una belleza vocal inolvidable, sin respiraciones bruscas, afinación perfecta y llegando a una hermosa coloratura. Todo ello, acompañado de su característica sonrisa y humildad; simplemente arrolladoras.
Jakub Józef Orlinski sabe rodearse de un buen equipo y la elección de Il Pomo D’Oro para acompañarle es la guinda de la velada. Esta reverenciada orquesta especializada en el barroco suena y ejecuta difíciles piezas con una sencillez envidiable. Sus dos intervenciones sin el contratenor son momentos memorables; presentándonos un conjunto compacto que impresiona. Dirigida por Francesco Corti con un brío y firmeza pocas veces visto; este conjunto musical puede catalogarse como un lujo para la vista y el oído.
Sabía el artista que estaba en una noche especial, y el público se lo ha recompensado con cerradas ovaciones en pie. A lo que Orlinski ha respondido con generosidad, regalando hasta cinco bises, que han sido más que bien recibidos y aplaudidos. Regalando un Alleluja final que ha dejado un inolvidable sabor de boca.
Una velada inolvidable que ojalá se repita en próximas temporadas. Jakub Józef Orlinski se ha ganado con creces un lugar entre los asiduos al Teatro Real.
Crónica realizada por Moisés C. Alabau.