Ya hace más de una semana que nos despedimos de Sónar 2019 pero no podemos dejar de recordar todas las experiencias vividas allí y todas las emociones que dejamos. Sónar dejó huella en nuestros cuerpos; y no hablamos de resaca precisamente. Sónar hace vibrar a todo el que por allí pasa y se deja conquistar por una experiencia inversiva rodeado de tecnología.
Como siempre, la gran atracción de todos es la Realidad Virtual. Darse un paseo por el Sónar+D es toda una exhibición en la que podemos ver y tocar y, en este caso, es sumergirse en experiencias inimaginables. La más espectacular duraba 15 minutos y su fama la precede, pues tenía una cola considerable, no obstante merecía del todo la pena.
To The Moon de Laurie Anderson y Sin-Chien te sitúa en un viaje a la luna en el que nos lanzan directamente desde una instalación con fondo negro y con una luna enorme de decoración. Sentado en un taburete en el que podías elevar ligeramente los pies, solo tenías que ponerte el casco, coger los controles y disfrutar. Volando a través de la luna y el cosmos y viajando por los algoritmos matemáticos sorteando agujeros negros y piedrecitas que podían quebrar tus gafas, podías sentir realmente que flotabas.
Desde la luna, aterrizamos de nuevo para seguir con las experiencias y ver la melancólica historia de Gloomy, el único zombie en la tierra. Una historia de lo más conmovedora y al más puro estilo Tim Burton. Gráficos impresionantes y una producción que te hacía sentir real empatía por el pequeño Gloomy que, a pesar de su temperamento, no deja de buscar amigos entre los humanos aunque no le sale bien.
Después de ver esta película de Realidad Virtual nos vamos a jugar con Nueveojos, un videojuego en el que puedes correr y crear según la música va variando. El juego, algo confuso, pues debías de acercarte a los rayos de luz para variar las reacciones de la multitud de personas que aparecían en el juego así como la música. Los personajes corrían sin parar acercándose a ti o bien huyendo de ti hasta que finalmente parecía que todos se elevaban sin ningún tipo de sentido. Por lo que cuentan los creadores la atracción experimenta y recoge datos de cómo cada persona interactúa con la Realidad Virtual.
Pero este año las experiencias inversivas también jugueteaban con el sonido. Pues Traverse X Gadi Sasoon nos trajeron Chaos & Order, una realidad paralela que juega con el sonido. A través de unos cascos y un móvil que te proporcionaban, caminas alrededor de la instalación variando y escuchando sonidos diferentes dependiendo de los cerca que estabas de los tres objetos principales: un brazo mecánico, un violín y un prisma. Según acercabas el dispositivo a los distintos objetos la canción variaba. También indicaban que según tocabas los objetos la experiencia difería, sin embargo, no pudimos notar cambio alguno. Un experimento interesante pendiente aún de desarrollo.
Estas experiencias son fáciles de vivir ya que las vivimos con ilusión y mucho relax… y es que tenemos un par más bajo la manga que seguían esta filosofía.
Broomx nos trae la proyección 360 al salón de casa. Aunque podemos nombrarlo como el proyector que en un futuro tendremos en nuestro hogar, de momento, no está al alcance de todos. Sin embargo, el proyecto es mucho más ambicioso. A través de este proyector con estética similar a la de la personaje «Eva» de la película Wall·E de Disney, podemos disfrutar de proyecciones a 360 sin necesidad de mapear el espacio previamente. El proyector permite, incluso, acercar la imagen y voltearnos a nuestro antojo. Ya son muchos hoteles que lo utilizan y varias instituciones que están experimentando en el ámbito médico; pues surge la opción y necesidad de trabajar los recuerdos para ver cómo evoluciona un paciente con Alzheimer, trabajar fobias, trabajar la relajación con personas con ansiedad u otras condiciones mentales. De momento estos estudios y pruebas están en fases muy tempranas pero no hay nada mejor que experimentar con la tecnología y ver qué puede hacer por nosotros. El objetivo a largo plazo es poder disfrutar de esto en casa. El precio, teniendo en cuenta lo que es, no es nada descabellado ya que por 15.000 euros lo montamos en casa sin ningún tipo de instalación dificultosa. De momento el proyecto nos lleva a lugares relevantes, gráficos psicodélicos o conciertos en los que podemos ver disfrutar al público y acercarnos a nuestra banda favorita en primera fila.
Me by Meliá nos invitó a disfrutar de otra instalación llena de inteligencia artificial en estado puro. La instalación tenía 3 perspectivas: vista libre de ésta a través de los sofás o bien de pie, vista de la instalación con un coach instruido por el creador, o bien disfrutarla en primera persona junto a Memo Akten. Nos encontramos frente a Deep Meditations. A simple vista es una pantalla con imágenes deformadas aleatoriamente que van cambiando y creándonos una sensación, el punto tecnológico mucho más profundo. Memo Akten nos habla de la importancia del lenguaje en nuestro cerebro, cómo lo interpretamos, generamos y llenamos. Este lenguaje y estos estímulos son recibidos e interpretados por las personas de manera distinta y nunca nadie podrá entender al otro sin haber pasado exactamente por la misma condición física y mismas situaciones en la vida, y es por ello que la instalación tiene infinitas interpretaciones. Memo Akten programó esta instalación con inteligencia artificial dándole unas pautas y unas sensaciones a la vez que le daba unas imágenes incompletas para ver cómo ésta era capaz de analizarlas y cambiarlas. Nuestro cerebro siempre busca la estructura a través de lo que conoce y es así cómo vemos en directo la interpretación de esta inteligencia artificial transformando imágenes. Nosotros solo podíamos observar relajarnos e interpretar las imágenes abstractas que se nos mostraban sacando nuestra propia conclusión de lo que tenías frente a nosotros.
Las experiencias inversivas desde luego son las que más han destacado y lo que tiene más futuro en Sónar+D. Estamos deseosos de ver cómo va a evolucionar año a año y cómo Sónar+D da la oportunidad a los emprendedores de mostrarnos más.
Crónica realizada por Nina Delgado
