Sónar ha demostrado una vez más su poder, pues, a pesar del cambio de fecha al mes de julio, la afluencia de gente ha sido expectacular. Una vez más reinan los looks, las caras sonrientes y musicón para horas de diversión que actuación tras actuación no dejaron de sorprender. La Fira de Barcelona ha sido testigo de la magia musical vivida desde el pasado jueves 18 al 20 de julio.
Si eres un habitual, ya sabes que Sónar de día tiene un cartel tan competente como la programación de la noche y, a veces, cuesta decidir que día y a qué evento acudir si no te apetece sacarte el bono y reventarte a bailar día y noche non stop. Pero no pasa nada, fuera cual fuera tu elección te lo pasaste espectacular seguro.
Hay shows para todos los gustos y es que quien dice que Sónar es solo electrónica está del todo equivocado. Solo hace falta acudir al SonarComplex para ver proyectos ambiciosos y algo más audiovisuales en una atmósfera tranquila en el auditorio del Fira Barcelona. Y ahí nos dejamos caer para el show de Berlinist; su actuación surge del videojuego GRIS, pues lo que pudimos ver fue la banda sonora del juego con imágenes y momentos de éste como audiovisual. La actuación simplemente cautivadora por el sonido maravilloso y perfectamente armonizado. Con 6 cantantes entonando distintas voces, un xilófono, un piano de cola, una batería, un bajo eléctrico, dos violines, una viola y un violoncelo se hizo la magia. Música tranquila con unas voces espectaculares dignas de acompañar el videojuego que se nos presentaba en la pantalla entrelazado con sutiles sonidos electrónicos y sonido original del videojuego como pasos, viento o agua… todo ello combinado con un alucinante show lumínico en el que predominaba el color rojo.
Si volvemos al genio audiovisual y tecnológico Daito Manabe nos encontraremos con la gran pregunta ¿cómo piensan los genios? pues bien, imágenes del cortex cerebral van pasando por la pantalla sin parar a la par que música electrónica experimental va tomando el control de SónarComplex, un auditorio abarrotado y que dejó a gente fuera de la actuación. El show fue tomando más forma poco a poco… imágenes aleatorias por la pantalla que giran y se transforman al ritmo de la música y cada vez más deprisa dejando al espectador totalmente perplejo. ¿La música? una deconstrucción de sonidos que se van deformando para dar ritmo y color a la pieza. Para crear la pieza musical pudimos ver cómo a través de sonidos de perros o aviones, la pieza tomaba un primer sonido que se iba deformando y loopeando para componerla.
Sónar es enorme, por ello es importante llevar un buen control de la aplicación en el móvil, pues este año Sónar se ha comprometido con el medio ambiente al 100% eliminando los line-up en papel y los vasos de plástico desechables. La batería en esta edición ha sido indispensable para no perderse a los grandes ni a tus propios amigos, sin embargo, algo que caracterizara a Sónar es la mente abierta de los asistentes y las ganas de hacer amistad dejando atrás todo tipo de prejuicios.
Si seguimos con actuaciones excepcionales pudimos pararnos a ver a Holly Herndon con su show PROTO. Un show no apto para bailongos pero si para mentes inquietas, pues una vez entendemos el arte y la lógica detrás de este show es imposible abandonar el SonarHall. El show en sí era más bien tranquilo y muy armonioso y transcurría con bases musicales con voces en directo que se iban entremezclando. La maravilla detrás es el arte de la Inteligencia Artificial es que el software interpreta y recoge algoritmos de la voz para poder crear de manera inmediata los armónicos correspondientes en directo. A pesar de que hay muchos software/hardware que hacen esta función es algo que está muy poco instaurado y que sigue en investigación a la espera de que poco a poco podamos verlo de forma natural en los escenarios dando autonomía a un artista solista. Desde luego que el momento más impresionante fue al ver una de las cantantes sentada sobre la mesa sacando sus notas mientras su voz era electrónicamente procesada y armonizada creando una sensación muy distinta a la que estamos acostumbrados. Una auténtica locura que dejo a muchos con la boca abierta.
Todo este conjunto de combinaciones de tecnología y arte podemos convertirlas en una instalación interactiva para que cualquiera pueda acercarse y probar. Cierto que los profesionales sabrán llevarlo al límite, pero es importante poder acercar todas estas tecnologías a la gente para que puedan sentirlas y apreciar después actuaciones como la de Holly Herndon. Es por ello que en Sónar+D vimos al público pasándoselo pipa con la instalación de los belgas de Superbee; SMING, coros interactivos que iban al son de la batuta. Para ello solo necesitabas colocarte ante el micro y cantar una nota, la que fuera. De ahí salía un ejército de caras de uno mismo entonando la nota grabada con las distintas armonías que iban variando según el director iba moviendo la batuta. Una actividad muy interesante para poder experimentar con la propia instalación y ver qué tipo de sonidos pueden salir y cómo enfocar la canción. La Inteligencia Artificial detrás que analiza la nota, su intensidad y su cuerpo y, según como se ha cantado esta nota, el resultado cambia modulando las notas y variando su densidad. Magnífico experimento para meter en Sónar, pues fueron muchas las voces que pasaban por ahí y, en ocasiones, voces angelicales podían oírse por todo el pabellón de Sónar+D.
Tenemos todavía las emociones a flor de piel con esta edición de Sónar por lo que poco a poco iremos expresando nuestras sensaciones y todo lo vivido en el festival del año. Estad atentos esta semana porque os lo vamos a contar ¡Todo!
Crónica realizada por Nina Delgado