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01.05.2017 Música  
Daito Manabe supera las expectativas con su proyecto de Sonar Planta

Sónar Planta se considera el proyecto más ambicioso de Sónar que, junto a Fundación Sorigué, da rienda suelta al arte tecnológico más descabellado y a gran escala haciendo posible la investigación y la experimentación que juega con nuestros sentidos. La rueda de prensa celebrada en el Hotel Alma de Barcelona, nos anuncia Phosphere.

Desde Japón, contamos con la presencia de Daito Manabe, director del estudio de arte Rhizomatiks Research. Rhizomatiks se dedica a estudiar nuevas posibilidades artísticas de la tecnología y desarrolla su actividad en el ámbito del new media, el arte de los datos y otros proyectos de investigación y desarrollo que todavía no han han sido vistos en una escala global.

Manabe es un artista innovador que siempre busca crear algo nuevo que supere los límites actuales. Uno de sus estudios más ambiciosos se basa en la implantación de chips en el cerebro de personas sanas con el fin de investigar hasta dónde puede controlarse el ser humano desde fuera nivel expresivo. En otras ocasiones ha logrado reproducir y copiar expresiones faciales y reconoce que el primer objeto de estudio en este tipo de experimentos es él mismo.

El reflejo de sus estudios actuales y dedicación combinan visuales, realidad virtual, luz y movimiento en un ambiente de lo más intrigante. Destacamos «Border», un escenario con una composición virtual que únicamente es perceptible a través de un casco de realidad virtual, y «Motion», compuesto por bailarines en movimiento y estructuras mecánicas que siguen la coreografía de estos a la vez que reproducen los datos de este movimiento en un mapping visual.

El nombre de esta nueva composición, que se estrenará mundialmente en Sónar Planta, surge de la palabra «phos» (luz) y «sphaíra» (esfera). Phosphere define una experiencia en un espacio cambiante construido por la luz. La instalación superpone el movimiento generado en un escenario de danza con el espacio físico, creando un espacio expresivo tridimensional totalmente nuevo, a partir de la geometría original.

Phosphere está construído por un sistema informático que combina dos espacios distintos sobre un mismo plano: el espacio físico de la sala, y otro generado digitalmente en el ordenador. A través de múltiples proyectores de video, espejos, y una meticulosa tecnología de cálculo óptico, ambas dimensiones se sincronizan para generar una experiencia visual nueva a partir de la geometría en movimiento de todos los elementos. La instalación está inspirada en la cristalización de los minerales, su gravedad y su manera de proyectar y reflejar la luz. A pesar de que realizó un estudio previo sobre estos procesos de mineralización, Phosphere no pretende imitar la naturaleza.

En esta ocasión, el artista ha decidido que los espectadores no precisen de ningún tipo de dispositivo para poder disfrutar de la obra, y es por ello que ha creado este sistema que permitirá percibir la dimensionalidad. A pesar de que para él la danza es un elemento muy importante para crear un nuevo lenguaje, la ausencia de bailarines en esta obra permitirá que el protagonista sea el espectador y éste pueda sentir la obra, pues, a la entrada, se hará entrega de objetos que darán el control de la experiencia. Los asistentes entrarán en grupos y el número de objetos serán limitados, no obstante, no se ha definido aún el número de personas que podrán acceder a la instalación ni cuántos objetos se entregarán por sesión.

Para entender mejor de qué trata este espacio es mejor verlo con nuestros propios ojos, sin embargo, en estos momentos, cuentan con un equipo de 40 personas trabajando para montar el proyecto y tenerlo listo para el estreno en la próxima rueda de prensa el día 14 de junio y abierto al público el día 15 de junio en Sónar+D. Sin duda SonarPlanta se supera año tras año y nos encontramos ante el proyecto más inmersivo que se ha hecho en Sónar+D.

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