Cóctel explosivo en las tablas del Alfil. Mezclando “Regreso al futuro” con la historia de dos jóvenes que se creen fracasados y que solo ven una posible salida a sus desganadas vidas intentando viajar al pasado para asesinar a Julio Iglesias y suplantarle. Una locura de humor grueso que arranca risas.
Montaje sencillo, de escenario vacío, en la que los actores se han de lucir por completo para llenarlo del imaginario que proponen. Los actores en cuestión son Víctor Elías y Luisber Santiago. Su gen para la comedia está fuera de discusión. Luisber tiene un movimiento gestual nato para la comedia y lo explota con éxito. Los dirige en esta locura otro actor, César Lucendo.
La original historia nos presenta a dos perdedores que se dedican a cantar en bodas y fiestas de barrio bajo el nombre de “Los Guapetons”. Mientras esperan para cantar en la boda del amor platónico de uno de ellos, descubren en la sacristía de la iglesia, una puerta del tiempo que les lleva a los momentos estelares de la vida de Julio Iglesias. Tal viaje en el tiempo les despierta el ingenio y deciden quitarse del medio a Julio para suplantarle y así ser ellos los beneficiarios de todos sus éxitos. La barrabasada está servida, y entre hit y hit del cantante melódico por antonomasia se suceden una serie de idas y venidas en el tiempo, buscando el momento y la manera ideal de matar a Julio.
El humor es la excusa para la historia. La pretensión es divertir con la canallada. Cierto que algunas líneas son sumamente gruesas, pero eso es precisamente lo que divierte. Nadie pretende tomarse en serio nada de lo que se presenta. Una hora de dos actores que pretenden divertir al respetable con una historia loquísima.
No sabemos si alguna vez encontraremos una puerta al pasado, pero imaginar que una de ellas nos pueda llevar a la vida de Julio Iglesias no deja de ser una paranoia muy recomendable.
Crítica realizada por Moises C. Alabau
