Los Vivancos; siete hermanos considerados internacionalmente como un auténtico fenómeno musicoescénico, son bailarines de primera línea y músicos con gran talento, técnica y habilidad. Sus creaciones se han interpretado en más de 40 países alrededor del mundo y ante más de un millón de espectadores.
Los Vivancos nos presentaron el pasado miércoles en el Teatre Tívoli el espectáculo NACIDOS PARA BAILAR, que evidencia su estilo polivalente y un virtuosismo que roza lo inimaginable con grandes efectos visuales.
Ballet, flamenco, danzas contemporáneas, folclore, artes marciales, tap dance, y acrobacias se fusionan para llevar a escena con grandes estructuras escenográficas y una potente banda sonora.
El espectáculo empieza con los siete hermanos bajando por el pasillo central de la platea al ritmo de la conocida canción “Ay ho- Ay ho” de los enanitos de Blancanieves. Una divertida manera de empezar el espectáculo que nos anuncia que no faltará humor, hecho que se confirma a medida que avanza el montaje.
A este espectáculo le acompaña una banda sonora con decibelios bien altos que reúne el heavy metal, la música electrónica, bandas sonoras, pop y música clásica, un mix con el que los hermanos hacen una exhibición física increíble, tanto individualmente como grupalmente.
Coordinación, esfuerzo y superación son palabras clave para describir este espectáculo en el que a cada minuto que pasa se suma la dificultad y la precisión técnica. Lucen y brillan al máximo, Josua con su equilibrio bailando sobre los cajones; Cristo bailando con estilo contemporáneo; Elías e Israel desafiando la gravedad tocando el chelo y la flauta; Judah, Josué y Aarón presentando su mejor flamenco sobre pequeñas tablas de madera.
NACIDOS PARA BAILAR es un espectáculo que convierte lo imposible en arte.
Crítica realizada por Milena Vázquez
