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23.05.2016 Críticas  
Una sacudida a la vida de pareja

La rutina es el gran enemigo de la vida de pareja, encontrar ese desencadenante que rompa con ella y reavive la chispa no es tarea fácil. Esta primera obra de teatro del conocido director de cine Cesc Gay, nos cuenta a modo de comedia, como una pareja se dará de bruces con su realidad gracias a unos peculiares VECINOS DE ARRIBA.

Una pareja en apariencia acomodada, pero en ese momento en el que ya no se soportan, no se hablan, no tienen ya vida de pareja. Ella, una gran Candela Peña, en su primer papel teatral, invita a los vecinos de arriba a un sencillo “pica pica”. Al fin y al cabo, habían hablado de invitarles para agradecerles la ayuda durante la mudanza y las obras. Él no está de acuerdo, le viene fatal, pero ya es tarde. Están a punto de bajar. El problema aparece cuando él cree que es el momento oportuno para comentar a LOS VECINOS DE ARRIBA, los ruidos que muchas noches hacen retemblar hasta los muebles. Ella no quiere comentarlo en esa primera visita, pero él sí. Así que ya tenemos servido el enredo. Llaman a la puerta, llegan los ruidosos vecinos y de ahí en adelante la montaña rusa se pone en marcha.

Cesc Gay es un experto en este tipo de situaciones, las maneja con el arte de un cirujano, diseccionando poco a poco con el bisturí. Lo hizo en la magistral “En la ciudad” y con “Truman” nos emocionó a muchos. Aquí tira más a la comedia, pero con ese fondo dramático que poco a poco se va abriendo paso entre carcajada y carcajada.

La situación incómoda tomará un giro inesperado ante una confesión inesperada de LOS VECINOS DE ARRIBA. Sin desvelar nada, esa confesión será el desencadenante que pondrá a nuestra pareja anfitriona en jaque. Sin saber cómo, se verán obligados a decidir esa misma noche sobre su futuro como pareja.

El reparto está fantástico, Candela Peña y Xavi Mira en el papel de anfitriones y Pilar Castro junto a Andrew Tarbet dando vida a los ruidosos vecinos. Candela Peña, a pesar de ser esta su primera experiencia teatral está como pez en el agua. Su papel es agradecido pues le permite sacar la ironía y el sarcasmo, pero está simplemente fantástica, y a medida que las botellas de vino se van vaciando, mucho más aún. Algo me dice que la veremos más a menudo encima de las tablas

¿Debemos conformarnos con la rutina? ¿Hay que buscar experiencias nuevas? ¿Hasta qué punto debemos conformarnos con la vida que llevamos? ¿Merece la pena luchar por un amor extinto? ¿Pueden unos vecinos ayudarnos a replantearnos la existencia? LOS VECINOS DE ARRIBA, plantea diversas respuestas a estas cuestiones. Puede que nos veamos retratados en la monotonía de esa pareja, puede que deseemos que venga alguien a pegarnos un buen zarandeo. Puede que de un simple “pica pica” salga una solución inesperada. Estos VECINOS DE ARRIBA se ven con agrado, con la sonrisa y el asombro, y hasta con alguna lagrima no esperada.

Crítica realizada por Moises C. Alabau

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