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24.03.2016 Críticas  
Este convento es una fiesta

Llega a Madrid, después de una exitosa gira y por temporada limitada las monjas más divertidas de la historia. Se instala en el teatro Nuevo Alcalá el buen rollo, el humor, la música soul y un musical que alcanza cotas de espectacularidad gracias a unas voces increíbles y una producción de las que dejan huella.

El género musical nos permite desde emocionarnos a raudales, a divertirnos de lo lindo y acabar la función en pie, aplaudiendo y bailando, preguntándonos que magia hace posible que un espectáculo nos levante del asiento. SISTER ACT, entra en esa categoría de musicales del buen rollo, de la celebración de la alegría y la música. El drama es secundario, nos sirve para tener un hilo conductor, lo que queremos es oír canciones y que el ritmo nos contagie las neuronas.

Este musical estrenado en el West End londinense en 2009 y en Broadway en 2011, cuenta la historia que ya contó la película del mismo título estrenada en 1993 y protagonizada por Whoopi Goldberg. Una historia hilarante, con una cantante casquivana que tiene que ocultarse en un convento de monjas para ser protegida de una banda de mafiosos que la quieren eliminar, al haber sido testigo de un asesinato. La nueva inquilina del convento provocará toda una serie de situaciones divertidas en su estancia, llegando finalmente a liderar el coro del convento y dándole un giro totalmente inesperado a la ordenada vida de las monjas que lo habitan.

Con las canciones originales del gran Alan Menken y un elenco que desborda coraje se pone en pie un espectáculo digno de disfrutarse. Cierto es que los primeros minutos del montaje parecen no alzar el vuelo, pero la artillería pesada se despliega a partir de la entrada del coro de monjas, y desde ahí en adelante es un no parar de asombro. EL papel principal recae sobre Mireia Mambo que impresiona con su voz desde el primer momento. Angels Gonyalons, una eminencia en teatro musical, aporta ese punto de sobriedad y de madurez, encajando a la perfección en un elenco joven pero altamente profesional.

Los cambios de escena están logrados, a pesar de no ser un musical de grandes decorados, la escenografía está tan bien ideada y presentada que por momentos la espectacularidad es asombrosa. Las luces funcionan a la perfección y todo ayuda a que el musical traspase el escenario y contagie la platea.

Por buscar algún aspecto mejorable, mencionar que quizás los personajes masculinos quedan un poco diluidos ante el poderío vocal de la parte femenina del reparto. Este musical es de ellas y se nota.

SISTER ACT te lleva la cielo varias veces en una montaña rusa de buen humor, de diversión y de unas ganas tremendas de coger los hábitos e ingresar en ese convento donde hay de todo menos aburrimiento.

Crítica realizada por Moises C. Alabau

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