De una opereta con matices de musical de Broadway y retazos de cabaret surge A LA BURGESA (A la burguesa). Una obra que nos trae el Teatre Akademia, basada en un cuento escrito por Arthur Schnitzler en 1893.
Un hombre y una mujer de la alta sociedad de finales de S. XIX, viven en un entorno en el que, a primera vista, dispone de todo lo que pueden desear. De todo, menos emociones interesantes y lo más importante, amor.
Un día, se les ocurre que quizá todo eso puedan encontrarlo si juegan a hacerse pasar por personas de otro estrato social. Vivir otro estilo de vida diferente seguro que les va a dar el aliciente que ya no encuentran en un mundo rodeado de riqueza y exquisitez.
Josephine Weninger (Laia Piró) y Alfred Von Wilmers (Albert Mora) nos cuentan esas experiencias a través de cartas que escriben a dos amigos. Mediante sus escritos, viviremos como empieza a surgir el amor entre ellos y como se tienen que enfrentar a la realidad de una historia que están viviendo disfrazados de quienes no son.
Dos escritorios, un piano y un violín son suficientes para transportarnos a otra época. Un montaje divertido con puntos de reflexión incluso para esta época: no siempre uno está tan mal como le parece. Hacerse pasar por un poeta pobre y una florista al principio resulta divertido, pero en breve comienza a tener inconvenientes.
Momentos románticos y cómicos se transcurren mientras se desarrolla la historia y nos meten de lleno en la necesidad del ser humano de encontrar definitivamente a una persona con la que compartir.
El musical, nos muestra unos matices de voz y una interpretación de Laia Piró excelentes, a pesar de que al principio pudimos notar esos nervios característicos del estreno. Una buena elección del elenco, pues las voces combinadas de Albert y Laia dan un resultado muy agradable. A la par, pudimos disfrutar de una interpretación musical acertada; aunque un par de temas se hacen un poco redundantes o quizá un poco largos.
En conjunto, A LA BURGESA es una obra aconsejable para aquellos a los que les apetece pasar una hora entretenida y son aficionados a los musicales. El Teatre Akademia, de aforo reducido, permite disfrutar muy de cerca un montaje sencillo, pero que vale la pena ver, por lo que les agradecemos su apuesta por esta historia.
Crítica realizada por Diana Limones.
