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02.05.2023 Críticas  
Flying Free

Las aves de Joan Yago vuelven a Madrid, concretamente al Teatro Pavón, tras haber agotado entradas en su paso por la sala Princesa del Teatro María Guerrero. Una revisión de la comedia de Aristófanes del 414 a.C. en clave liberal, capitalista y con bien de populismo, como el Madrid de Ayuso y Almeida.

Pistetero (Marc Rius) y Evélpides (Esther López), unos fugitivos muertos de hambre que tras asesinar a La Democracia (Aitor Galisteo-Rocher) en su país cruzan sus caminos con Abubilla (Xavi Francés), a la que también intentan asesinar, pero que al mencionarles la Asamblea de las Aves, Pistetero decide tramar un nuevo plan en el que hacerse con el liderazgo de las mismas, y vivir nuevamente a costa de otros. Un flamenco, palomas, Pont Aeri y una ciudad en las nubes para hablarnos de los principios de la sociedad liberal: Individuo, Propiedad y Competencia.

La Calòrica, toda una institución catalana, es un acontecimiento cuando llega a Madrid, y poco nos visitan. Les conocí con Fairfly en la Sala Mirador, y ya con Els Ocells (Las aves) me fue imposible conseguir entradas en su anterior visita. Joan Yago ya me hizo chillar con su magnífica Breve historia del ferrocarril español, y es que ya sea contándome los tejemanejes borbónicos o aquí jugando con los principios del liberalismo y el capitalismo feroz, la historia española o la economía se entienden mejor pasadas por el filtro Yago. Si además todo lo que envuelve al montaje es tan brillante como la escenografía, vestuario e iluminación de Albert Pascual y la dirección de Israel Solà con un reparto entregado y desternillante, pues se puede sentenciar que el estreno de Las aves es todo un éxito.

¿Que si le puedo poner peros a Las aves?, si, uno, y es que se me hizo larga (no ayuda que se salga del teatro pasadas las 23h de un miércoles), pero qué mas da cuando Pistetero DJ declara el Flying Free de Pont Aeri como himno nacional de la ciudad de las aves, la Democracia es recuperada a golpe de bisturí y el Clero cambia los niños por los pajarillos en un giro aún más perverso de su idiosincrasia. Más Calòrica, más Yago y más música makinera para dinamizar la cartelera madrileña, por favor.

Crítica realizada por Ismael Lomana

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