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21.12.2022 Críticas  
Puro teatro rebosante de emociones

Una noche sin luna llega al TNC de Barcelona para entregarnos una pieza conmovedora y sorprendente que habla sobre la vida y obra de Federico García Lorca, con la mirada y sensibilidad del s.XXI. La obra, cuyas entradas están completamente agotadas desde hace meses, está escrita y protagonizada por Juan Diego Botto con dirección de Sergio Peris-Mencheta.

Una noche sin luna mataron a Lorca. Una noche sin luna le asesinaron. Una noche sin luna su cuerpo quedo sepultado en una cuneta aun hoy por encontrar.

Juan Diego Botto se mete en la piel de Federico García Lorca para acercarnos a los aspectos menos conocidos de la vida y la obra del poeta, con la voluntad de encontrar lo que nos interpela y hacerlo vivo y actual. Con ironía, emotividad y cuestionando constantemente al respetable, el autor nos relata su paso por la Residencia de Estudiantes, las críticas recibidas por Yerma, su experiencia en La Barraca, su relación con la prensa, los amores y la tensión de los últimos años, así como la necesidad de libertad artística, de expresión y de encontrar la identidad sexual y la importancia de la memoria y las raíces.

Juan Diego Botto ha escrito un texto magistral que resonará en la cabeza (y corazón) del espectador días después de disfrutarlo. Una obra que parte de los textos, entrevistas y discursos de Lorca y que, poco a poco, nos acerca al Lorca más admirado, querido y reivindicativo. Un relato biográfico explicado en primera persona desde la sencillez y la veracidad que irradian y transmiten los ojos y gestos de Juan Diego Botto. El actor nos muestra un Lorca cuyas hazañas le pusieron, como él mismo dice, frente a los fusiles. Luchas personales y colectivas que, ciertamente, suenan muy cercanas. Parece ser que el mundo no ha cambiado tanto como parece.

La obra es un imperdible teatral que no hay que dejar pasar. El compendio colaborativo entre Juan Diego Botto y la dirección de Sergio Peris-Mencheta funciona a la perfección en un enclave de serenidad y maestría que hace que la función se sostenga sobre un equilibrio perfecto. Ellos exponen la historia para servirnos emoción pura destilada que muta de forma constante y transforma tanto a personaje como a oyente.

En la parte técnica, destacar la exquisita iluminación de Valentín Álvarez que crea ese juego teatral que nos ayuda poco a poco a meternos cada vez más en la historia de sus vivencias. Iniciando con luz de sala para acabar en la penumbra de la ultratumba, Valentín Álvarez nos presenta un trabajo lumínico brillante.
Junto a la iluminación, destacar la sorpresiva escenografía de Curt Allen Wilmer y EstudiodeDos la cual, como personaje per se, sufre transformaciones continuas que alteran su uso inicial.

Destacar también el vestuario de Elda Noriega, el atrezo de Eva Ramón y el espacio sonoro de Pablo Martín Jones que ayudan a crear un conjunto teatral inigualable que nos hace enmudecer de principio a fin.

Una noche sin luna es puro teatro rebosante de emociones. Teatro del que te hace sentir y te abre los ojos para ofrecerte unas cuantas verdades que, como sociedad, no deberíamos olvidar.

Crítica realizada por Norman Marsà

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