novedades
 SEARCH   
 
 

20.12.2022 Críticas  
Tragédie, New Edit, sigue con el vértigo

Diez años después de su creación, Olivier Dubois vuelve a escribir su poema coreográfico para dieciocho intérpretes que debuta en la sala roja de los Teatros del Canal de Madrid. Con esta nueva edición, Tragédie, new edit, propulsa otra vez al público hacia una sensación caótica y cuestiona sobre la búsqueda existencial constante del ser humano.

De hecho, la búsqueda perpetua del individuo es el hilo conductor de esta obra, donde los cuerpos desnudos, sin identidad, se mueven y se empujan con una fuerza casi animal. Los movimientos incesantes de flujos y reflujos de cada interprete atormentan, cuando sus pasos se hacen y se deshacen. Como en un libro abierto, la historia se escribe y se borra de la misma forma, en un ciclo permanente.

En un ritmo frenético, los dieciocho intérpretes (Esther Bachs Viñuela, Taos B. Bertrand, Camerone Bida, Steven Bruneau, Cairo Azad, Marie-Laure Caradec, Coline Fayolle, Karine Girard, Steven Hervouet, Sophie Lèbre, Sebastien Ledig, Matteo Lochu, Nicola Manzoni, Thierry Micouin, Mateusz Piekarski, Sandra Savin, Emiko Tamura y Mooni Van Tichel), aparecen y desaparecen del escenario creando una sensación obsesiva e hipnótica. Ejecutan a la perfección una coreografía precisa, repetitiva y violenta y nos embarcan en este orden y desorden, como dos fuerzas opuestas que cohabitan en nuestro ser.

Los doce pasos son como las doce campanadas del reloj que marcan el ritmo militar y disciplinado que más tarde, dejará paso a la demencia. Los cuerpos que comunican, se empujan y colapsan entre ellos, ya no pueden seguir esta cadencia impuesta y deciden correr hacia el mismo destino, la decadencia y el caos.

Es verdad que la lentitud de la primera parte puede crear confusión e incomprensión para el espectador. Sin embargo, es necesaria para entender la trama de la obra y llegar a captar esta sensación vertiginosa deseada por Olivier Dubois. Al final, esa lentitud, estos pasos militares al milímetro son los que realizamos en nuestro cuotidiano sin darnos cuenta. La segunda parte representa el caos, el ser humano recupera su esencia más profunda, se libera de sus cadenas y hasta se puede escuchar los gritos de los intérpretes, unos gritos desesperados llenos de ira y en busca de un desahogo.

Los juegos de luz de Emmanuel Gary contribuyen a crear este espacio apresurado, casi violento en unas escenas. De la misma forma, la música de François Caffenne son como golpes, disparos que marcan la cadencia y los pasos de los bailarines. Estos disparos crean mucha tensión y aprensión de lo que puede suceder. El uso de las luces estroboscópicas y de la música techno crea una conexión muy fuerte en el escenario y acaba con atrapar al espectador en este bucle sin fin.

Tragédie, New Edit habla de nuestra humanidad y cuestiona sobre temas ancestrales como el lugar que ocupamos en nuestras sociedades a través del tiempo: ayer, hoy y mañana. No como individuo sino como un ser colectivo que camina hacia el mismo destino final. La desnudez de los artistas les libra de todas las normas sociales, normas de género y les desexualiza por completo. Al final, solo son seres humanos en su sencillez más extraordinaria, quienes bailando juntos, pueden llegar a crear un futuro prometedor para toda la humanidad.

Crítica realizada por Angélique Travessa

Volver


CONCURSO

  • COMENTARIOS RECIENTES