El teatro La Estacion de Madrid estrena el musical semi autobiográfico Tick Tick… Boom! creado por Jonathan Larson en 1990 en el Off-Broadway. Con adaptación de Luis Alvarez y dirigida por Gabriel Olivares y José F. Romero, la obra narra la historia de Jonathan Larson, un compositor prometedor que lucha por encontrar su sitio en la Broadway de los años 90.
A punto de cumplir los 30 años, Jon se encuentra en el punto de su vida en el que tiene que elegir entre tomar el camino de una vida más estable o seguir su sueño de convertirse en un exitoso compositor de musicales. Protagonizado por Daniel Diges, la obra es un verdadero homenaje a Larson, lo que fue su vida y su creación artística, y nos sumerge desde los primeros instantes en la bohemia Nueva York de los 90. Es una exploración deslumbrante de la desesperación de un hombre por crear algo significativo antes de que sea demasiado tarde.
Con una puesta en escena sencilla, el piano es la pieza maestra y central del escenario, que marca el ritmo y la vida de los protagonistas. Las imágenes que desfilan nos hacen entender que hemos vuelto 30 años atrás. Todo el escenario nos ubica en el Broadway de aquel tiempo. La orquesta toca música Rock que nos sitúan en el ambiente. En unos minutos, la actuación de los intérpretes nos llevará por completo a la historia como dentro de una película.
En un acto enérgico, emotivo y sincero, Tick Tick…Boom! logra cautivar al público en los primeros minutos con una dinámica única, resultado de una fuerte conexión entre los intérpretes,Daniel Diges, Julián Fontalvo y Anabel García, y los músicos que desempeñan un papel central en la obra. Esta nueva adaptación de Tick Tick…Boom! encuentra el punto de equilibrio entre la emoción y el humor con unas escenas divertidas, necesarias para contrastar. La actuación de los tres intérpretes es espectacular, dinámica y llena de sorpresas. Mención especial para Anabel García que en el papel principal de Susan luce por su presencia, su carisma y su voz.
No se puede hablar de la obra sin evocar la espléndida orquesta que consigue a través sus temas, llevarnos al Nueva York de los 90 con un toque de nostalgia. El Tic Tac que suena a lo largo de las escenas, logra ponernos en tensión y nos recuerda hasta qué punto se nos va el tiempo. El sonido, que tiene un papel esencial en la obra, ha sido elaborado con exactitud y demuestra la excelencia de los equipos.
Tick Tick… Boom! es una obra que, con certeza, conectará con todos los artistas y personas creativas que puedan identificarse con la manera en la que Larson lucha por ser reconocido y hacer de su obra un éxito. Sin embargo, más allá del enfoque artístico, cada uno se puede reconocer en la figura de Larson; cuyos bloqueos son muy representativos de toda una generación. De hecho, la obra se hace eco del desamparo de una juventud en busca de algún propósito y de los miedos irracionales que nos aterrorizan; incluyendo el miedo al fracaso, a un futuro inseguro, a lo desconocido, a la presión social por realizarse y hacer algo grande.
30 años después de su estreno, Tick Tick… Boom! resuena aún más en un mundo con cada vez más presiones e inquietudes. La obra aborda temas que nos afectan a todos, la inseguridad, el miedo, la complejidad de nuestras relaciones familiares y amorosas, la indecisión y naturalmente nuestra propia muerte. La última conversación entre Jon (Daniel Diges) y su amigo Michael (Julián Fontalvo) es conmovedora, las palabras salen como un grito del corazón. En este momento, sentimos todo el desamparo y el desespero de los protagonistas.
En conclusión, Tick Tick Boom! es una obra fascinante que gustará a todos los amantes de musicales, los nostálgicos de aquella época, así como a los curiosos en busca de emociones palpables. El homenaje a Larson es puro, precioso en su sencillez y nos hace reflexionar sobre el sentido de la vida y nuestra misión en ella. Salimos del teatro con una sonrisa, llenos de sentimientos diversos. Cargando una mezcla de emociones que nos recuerdan que la vida son dos días y que no hay que tomársela muy en serio. En cualquier caso, no saldremos vivos de ella.
Crítica realizada por Angélique Travessa
